Desde canales de televisión y radio, a menudo, los llamados “comunicadores”se erigen como artífices de la opinión pública, demonizando o ensalzando, dentro de lo que Sartre denomina “la mala conciencia”, ya que no puede hablarse de ideas, de posiciones políticas ni siquiera de ideología, ya que casi todos los medios responden a una sola y preponderante ideología: la ideología del mercado que unificada todo atisbo de crítica.
De este modo, la ceguera intelectual, el autoengaño o mala fe, llevan al absurdo, a la incoherencia, a la falta de lógica en las argumentaciones, a la ausencia de cierto principio de realidad, y, no pocas veces a la infamia y la mentira.
Se cuestiona a Maradona por sus torpes expresiones pero se disimularon muy bien los improperios de De Narváez cuando dice que le rompió “el…c…” en clara alusión a la presidenta y al ex presidente, lo que redunda en una falta total de respeto a la figura presidencial y al sistema presidencialista de los argentinos.
Tampoco recuerdan la soez expresión de Reuteman quien también insulta a las instituciones cuando dice que a la candidatura de Presidente se “la metan en el c….”
¿No son estas expresiones no sólo soeces sin que atacan a todos los argentinos ya que insultan a nuestro sistema democrático como si fuera un tacho de residuos?
¿Cómo puede pretender ser presidente de la república alguien que de antemano “se pronuncia “de este modo ante una eventual candidatura como si simplemente fuese un desafío de la azar o una carrera de fórmula 1?
Barbarie expresiva, podría calificarse. Y más grave todavía, Elisa Carrió denuncia que “se está armando a la izquierda, a los piqueteros, etc., habla de asesinatos y destituciones, con total irresponsabilidad ¿a quién responde esa señora que se cree dueña de la verdad instigando a las más terrible acciones que todos los argentinos recordamos? ¿No se acuerda ella del a Triple A, de los secuestros, de los vuelos de la muerte, de las torturas, de los desaparecidos, de los campos de concentración?
Muy, bien, señora Carrió…¡Terrible irresponsabilidad, mucho más grave, gravísima si se la compara con las palabrotas de Maradona.
Basta de pacataría, señores, basta de la hipocresía de la mediocridad burguesa, tan bien fustigada por nuestro Roberto Arlt (que, seguramente, estos señores dirán que han leído). Son necesarias una dosis de coherencia y rigor argumentativos que beneficien a las ideas, una gran dote de sentido de realidad y dejar a un lado la mala fe regida por intereses corporativos y personales.
Discriminación
Estupor, sorpresa, asombro, indignación es lo que experimenté ante las expresiones de un conocido periodista de un canal porteño que pedía a su interlocutor y colega que le aclarase si los que portan armas en el gran Buenos Aires son “personas o piqueteros”, así, llanamente, negando el statu de persona a los que reclaman por sus derechos, discriminación que nos recuerda aquello de “personas, ciudadanos, civilizados “en oposición a “brutos, cabecitas negras, negros, salvajes, etc.” ¿Qué eres?…
Una persona o un negro, una persona o un judío, una persona o un provinciano, una persona o una mujer, una persona o un indio? Si un indio no es persona, si un negro no son personas, si un rebelde o un huelguista no son personas, cuál es el resorte que impediría, por ejemplo, el exterminio, el servilismo y la sumisión? La historia está repleta de ejemplos de esta ruin descalificación para esclavizar, subyugar y no pocas veces, asesinar.
Lapsus de este periodista que reviste apariencia de cultura y formalidad, apariencia, simplemente, porque, luego de las duras críticas que recibió Maradona por sus expresiones de mal gusto, grosería (nada extraño en el ámbito futbolero).
También tuvieron sus groserías De Narváez, Solá y Reutemann, (quienes no poseen un vocabulario muy exquisito que digamos), Sin embargo nadie se percata de que lo que dijo este periodista es muchísimo más grave que las peroratas maradonianas, ya que lesiona derechos humanos elementales, mostrando una terrible actitud discriminatoria, racista y prejuiciosa, obcecada y arcaica y que pone al descubierto la mentalidad cerrada e inhumana.
Liliana Bellone escritora
Cartas Abiertas – Salta.
