¿Empezará el fútbol argentino una nueva etapa? Por ahora solo Mascherano y Biglia, dieron un paso al costado. Cuando decimos fútbol argentino decimos en primer lugar la AFA.
Si no tenemos poca memoria, ahí comenzó la historieta que terminó con Argentina fuera del Mundial, por los goles del joven de 19 años Kylian Mbappé.
¿Ya la gente se habrá olvidado de la votación que termino 38 a 38?, cuando en realidad había 75 personas para votar.
Era el tiempo dónde Tinelli creía que iba a tener el apoyo de algunos clubes y empresarios, y la cosa se dirimió en otros terrenos. Luego de darle para que tenga y pisotearlo un rato le tiraron encima lo del congelamiento de sus ganancias por medio de la justicia (siempre el partido de la Justicia), en las causas a empresarios dueños de canales y radios, que venían de otros negocios.
Allí el ‘bailador de sueños’ tuvo que correrse, armar una productora nueva y salir a buscar esponsors (el negocio del espectáculo, que en nuestro país busca competir con el negocio del fútbol). Después vino la bola de ‘medirlo’ (como se dice ahora en las encuestas) para candidato a Presidente. Sin apoyo político no va a ningún lado, fue lo que se dio cuenta más tarde.
Pero volviendo a la AFA, el ‘pacto’ que se consolidó fue del intermediario de Macri (ex director de Boca Juniors, y conocedor de los manejos internos del fútbol local) y el clan Moyano. Eran épocas donde el sindicalista camionero andaba bien con el gobierno.
Empezaron las turbulencias (no solo con el dólar) y Pablo Moyano rompió relaciones. Al padre por intermedio de los periodistas oficialistas, en la TV y la radio, le avisaban que la Justicia lo quería por unas causas. El ‘pacto’ era repartirse zonas.
A los empresarios (presidentes de Fútbol) le quedaba la Liga (donde juegan los clubes que más recaudan de la ‘A’)) y al ‘chiqui’ Tapia (yerno de Moyano) le quedaba la ‘B’ y el Seleccionado argentino.
Hoy a todo esto se le presta más atención, porque aparecieron ‘operaciones de prensa’, y los periodistas del gobierno otra vez quedaron descolocados: llegando a decir que habían visto en la política (todo lo sucio de perseguir a un adversario mediante los medios y que ellos contribuyen generando más confusión), pero nunca en el deporte. Ellos transmiten ese discurso ingenuo, pero no cuentan que el fútbol es un gran negocio para pocos.
Hay que situar entonces, quienes son los actores de este ‘cabaret’ internacional que fue el fracaso de la selección. Primero de quienes conducen y de cómo llegaron, para repartirse el botín. Ahora se va sabiendo cuánto salió la estadía de la selección en Barcelona (un millón de dólares), en Rusia (dos millones), del avión privado para todo los gustos de ‘las estrellas’ del fútbol, y por último lo que la gente empieza a reflexionar: ¿quién contrató a Sampaoli, por cuatro años más?, ¿se va a saber la cifra definitiva?, y si hace un paso al costado el ex director de la selección chilena, ¿con cuánto arregla?; también hay que recordar que a Sampaoli se lo fue a buscar al club Sevilla y para reincidir ese contrato, al club español se le abonó un millón y medio. ¿De dónde sale todo ese dinero?
Después se puede agregar lo que pasó a nivel relaciones exteriores, en el partido que se suspendió en Israel, y que debía jugarse en Jerusalén, más toda una serie de repercusiones que la prensa canalla de esta década se encargó de alimentar haciendo su propio deporte: desinformar.
Los otros personajes de esta gran opereta, volvieron a ser los periodistas deportivos. Nunca cuentan todo lo que saben. Si a la selección le va bien, ellos felices (por sus viajes y viáticos), si les va mal: no tienen límites en echarle la culpa hasta a su madre.
Eso se vio en el subibaja del rendimiento de la selección. No se clasificó bien, se llegó con lo justo y hasta algunos periodistas (desde Argentina) decían que no debió haber ido al Mundial de Rusia, dando interesante argumentos. Allí lo hacían girar en quién manejaba la selección: Messi y su ‘camarilla’ o Sampaoli.
El punto es que los periodistas de fútbol ya no informan o sostienen sus predicciones. Se dan vuelta como panqueques, y dejan de informar para ser unos fanáticos más que gritan y ‘hacen minutos de silencio’ en la TV.
Hay mucho más para decir sobre el rendimiento deportivo de los jugadores, pero no hay que hacer ‘leña del árbol caído’. El tema es saber qué viene. ¿Algún día volverán las selecciones sub17 y sub 19, a ser semilleros de jóvenes valores?
¿O los representantes de jugadores y técnicos seguirán siendo lo que digitan este negocio silencioso? La gente a esta altura ya sabe lo que gana un Messi, Mascherano, Higuaín, Agüero, Icardi etc en los clubes europeos que le pagan en euros. Sería importante también que supieran como es el circuito de los pases millonarios de un club a otro por medio de sus representantes .
Y tal vez allí se comprenda mejor porque no salen jugadores directamente de aquí sin pasar por el intermediario empresario del fútbol que los ‘coloca’ en los mejores mercados europeos.
Terminó el sueño, hay que volver a la realidad. El FMI está esperando que el gobierno le haga ‘la tarea para el hogar’, con más recesión, despidos, y el achique del Estado.
Carlos Liendro
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