Un reclamo de los empleados municipales de Cafayate pone en peligro la realización de la “Serenata 2008” que todos los años se realiza en esa localidad. El conflicto se remonta al 18 de Octubre del año pasado cuando el Intendente Juan Esteban Ocampo se comprometió a incrementar el sueldo básico en $200 de manera escalonada, lo que
hasta ahora no se ha cumplido en plenitud. Si no existe una propuesta concreta para el 27 de Febrero a las 13 horas, los municipales amenazaron con una huelga.
A pesar de que el convenio fue homologado por la entonces Dirección Provincial del Trabajo, el alcalde de la ciudad calchaquí informó en enero pasado que no podía afrontar el incremento invocando que prácticamente había firmado el compromiso sin tener en cuenta que no había disponibilidad financiera. Sin embargo, no presentó ninguna documentación que permitiera el cotejo con la realidad.
El Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Cafayate (SOEMC) amenazó con iniciar la huelga no solamente por la palabra empeñada que no se concretó, sino que solicitó que entregaran la ropa no provista el año pasado, que el básico se elevara a $1.200 y se mejoraran otras condiciones de trabajo en lo relacionado con horas extras, trabajos en días feriados, adicional por insalubridad, pase a planta de los empleados de la Dirección Municipal de Tránsito y un reescalafonamiento que se encuentra estancado desde hace más de diez años.
El actual Ministerio de Trabajo dispuso el inicio de una conciliación obligatoria que les impuso suspender las medidas por un espacio de 20 días hábiles que vencen exactamente el próximo jueves que se inicia la serenata. Hasta ahora el intendente, luego de tres reuniones, solamente se comprometió a incorporar a la planta permanente a once empleados de tránsito en el mes de mayo, y ofreció a pagar el aumento comprometido el año pasado y a incrementar tenuemente los montos que se pagan por trabajo y horas extraordinarias, pero nada ha ofrecido en relación al aumento del sueldo básico que es la única reivindicación que podría beneficiar a todo el personal.
Está claro que Ocampo tampoco confía en un Estado Provincial que se encuentra elaborando un decreto por el cual se dispondría un aumento para toda la administración pública provincial y que tendría repercusión directa en las pretensiones de los trabajadores municipales de toda la geografía salteña.
Ayer viernes la negociación se paralizó y todo parece anticipar que si no existe una propuesta concreta para el 27 de Febrero a las 13 horas, la conciliación se clausuraría y las medidas directas se harían efectivas con una huelga que perturbaría la realización de la Serenata a Cafayate dado que la organización, prestación de servicios adicionales, autorizaciones y controles no pueden realizarse sin la provisión de tareas de los trabajadores municipales.
Mientras UPCN es el gremio que ha restringido su reclamo al aumento del año pasado y se dio la mano con Ocampo en plena conciliación, el SOEMC ha planteado que resulta inadmisible que no se contemple un aumento al básico cuando todos los sindicatos del país –de empleados públicos y privados- han planteado en todos los ámbitos del país
una lucha por compensar el proceso inflacionario y por equiparar las devaluaciones que se arrastran desde el año 2.001.
Los municipales aducen que existen recursos para afrontar el aumento ya que el presupuesto del municipio se incrementó en un 20% -lo que fue reconocido por el intendente en las audiencias-, que se ha elevado el monto que ingresa en concepto de coparticipación federal y municipal, y que también se le han condonado deudas a la comuna cafayateña por vía del decreto que dictó el ex gobernador Juan Carlos Romero
antes de entregar el mando a Juan Manuel Urtubey.
Algunos empleados han denunciado algunas actitudes persecutorias desplegadas por el Director de Tránsito Municipal que habría amenazado a personal transitorio que sería despedido en caso de que se plegaran al paro. También resultó curioso que en el medio de la conciliación el sueldo del Secretario General del SOEMC se liquidara de
manera errónea, todo lo cual fue corregido luego de las quejas planteadas en la segunda reunión que se desarrolló en el propio Cafayate.