Todos somos políticos “ocasionales” y es cuando depositamos nuestro voto, aplaudimos o protestamos, pero algunos la practican como distracción; porque existen dos formas de hacer de la política una vocación, porque se vive “ para” la política o bien se vive “de la política”.
En condiciones normales el político debe ser económicamente independiente de los ingresos que pueda proporcionarle el Estado. Allá por los ´80 Julio de Vita supo compartir cátedras con Martín Grande en la Universidad Católica de Salta, no se recibieron, era más importante lo mediático.
Por aquellas épocas sólo era un oscuro locutor de LRA 4 Radio Nacional Salta, pero impensadamente llegó el gobernador Hernán Cornejo Barni, quien logra instituir la figura de locutor oficial de la Casa de Gobierno. ¡Aleluya! Allí recala emperifollado e intitulado, porque sin duda como “político es un buen locutor”.
En 1873 Marx y Engels anticipaban que la lucha obrera cometía un terrible delito de leso principio que para satisfacer sus míseras necesidades materiales de cada día, para vencer la resistencia de la burguesía, dan al Estado una forma revolucionaria transitoria en vez de deponer las armas y abolirlo.
A fines de la gestión del entonces gobernador Roberto Ulloa, en uno de sus viajes ocasionales, Ricardo Gómez Diez aprovecha y lo designa como Secretario de Prensa, curiosamente para manejar los recursos publicitarios. Comenzaba la traición de los ministros.
Jorge Folloni perdía la senaduría en la capital, allá por 2001, eso sí : decide arbitrariamente “bajar” a los verdaderos cuadros renovadores, a los que dan vida a la política, e impone a polichinelas como Becker y Dellmans a diputados. Mientras tanto Julio De Vita perdía la intendencia.
Los despreciados lograban seis bancas en el Concejo capitalino, por eso hay que asumir errores como el dejar toda una estructura armada en manos de Julio, ¿te acordás?, fue en el la avenida Hipólito Irigoyen, al lado de la iglesia lefrebista.
No te confundas, sólo recibiste una herencia y sabés de quien, no podrás ser nunca un constructor de ideas. No se equivoca Séneca cuando afirma que debemos conversar con uno mismo para ampliar la inteligencia.
“Me levanto a los tumbos, no precisamente como un león, sino como un perro vagabundo al que le acaban de dar un puntapié en el trasero. Parado en medio del cuarto, con el pelo revuelto y la vejiga a punto de estallar, tiemblo y me sacudo hasta el último hueso.” (Haroldo Conti 1.992).
Un jingle original en 2.001, que parecía un lamento femenino, no boliviano, ingresaba en el dial a través de radio Pacífico, con música de Daniela Herrero para la propuesta de Folloni Senador Provincial y De Vita para la gente, Intendente. Afirmaban que reemplazaría la legendaria Aurora, mientras se izan las banderas en la escuela.
Encontramos embarradas las paredes de 2009, un senador vestido de amarillo, haciendo la ostentación de la “moneda”, pretende enganchar a nuestros niños en el servicio militar de las milicias prusianas.
El miedo se apodera del poder, porque la vida es una fuente de placer, pero donde también la chusma bebe, quedan contaminadas. (Federico Nietzsche).
Por eso los renovadores, no se pudieron “renovar”. A Ricardo Gómez Diez, la angustia del desafío que significa intentar mantenerse en la cresta de la ola, hasta el hoy lejano 2.003 con actitud y mañas propias de un finquero norteño de la década infame. (Cuarto Poder marzo 18 de 2.000). La historia se repite.
El dirigente y su éxito depende completamente del funcionamiento de su “aparato” político, por eso los seguidores, confidentes, agitadores son predominantemente viles en el buen sentido ético de la palabra. No hay que dejarse engañar con esta verborrea, la interpretación materialista no es un taxi que se pueda detener a voluntad. Dicen que los grandes virtuosos del amor acósmico por la bondad y la humanidad procedentes de Nazaret o Asís, o de los castillos reales indios, no han operado con la violencia. “Su reino no fue de este mundo”.
Domingo Roy, también es una herencia, una especie de monje negro que se entrega al poder, pero lamentablemente “la mayor responsabilidad de las consecuencias no recae sobre mí, sino sobre aquellos a los que sirve y cuya estupidez y bajeza lograré erradicar”.
Mientras desde los cerros al pasar un cuervo, se desliza suavemente entre mágicas y fantásticas imágenes. De pronto se lanza terroríficamente en busca de la presa. Pobre Ternerito. Es enorme y ataca en el ano del ternero, le saca las vísceras y algo más, vuelve a la montaña y lleva el cadáver para la prole del nido. Después dicen que esta es la opción más seria.
–Leiste el libro de Janoch?- Deberías leerlo, porque en épocas de charlatanismo, como esta conviene volver de vez en cuando la mirada a santos como Kant o Van Gogh: No te engañarán nunca te ayudarán a enderezar tu rumbo, te obligarán (moralmente) a retomar una actitud grave. (Ernesto Sábato)