El alejamiento de Enrique Roel como director de la Orquesta Sinfónica de Salta como un hecho inevitable que sucedió en pleno desarrollo de la temporada anual 2012, contiene ribetes de escándalo. La Orquesta Sinfónica de Salta en dos años está a punto de tocar fondo y eso podría traer consecuencias musicales para la Orquesta por una serie de cuestiones emergentes que Calchaquimix, devela con detalles respecto la responsabilidad de la gestión de tres años del actual Ministro de Cultura y Turismo, Mariano Ovejero.
La repentina renuncia de Roel tiene un trasfondo difícil de explicar a la prensa. Es por eso que Ovejero ni el actual Secretario de Cultura Sergio Bravo, hicieron ninguna declaración al respecto. Este medio puede confirmar que el Ministro no fue quien le pidió la renuncia a Roel, ni tampoco lo despidió como una corrección o para generar un cambio en la Orquesta. Su alejamiento fue sorpresivo hasta para todas las autoridades de Cultura y del Gobierno.
Al respecto se sabe que fue motivado en cuestiones personales. Su situación desnivelada como director era insostenible para lo que restaba del año, frente a un cuerpo artístico de músicos de primera línea y rigor profesional. Ovejero trató personalmente este problemático desenlace. Solo se limitó a informar las designaciones suplentes del maestro Jorge Lhez y la asistente Yeny Delgado, como nuevos directivos interinos en la desmoronada estructura orgánica interna de la Sinfónica.
A raíz de este episodio Calchaquimix [[Página de Arte y Espectáculos de Salta Libre]] encontró detalles fehacientes sobre el porque los funcionarios negaron explicaciones a la prensa. Uno es el referido al endeble papel de la deficiencia del control de calidad del Instituto de Música y Danza de la Secretaría de Cultura. Su ineficacia quedó demostrada y obliga a revisar la responsabilidad que le cabe como un organismo creado para un desempeño efectivo, potenciar su nivel artístico y administrar los recursos de los tres cuerpos estables.
El Instituto de Música y Danza
El Concejo Directivo está presidido por el propio Mariano Ovejero y el actual secretario de Cultura Sergio Bravo. A esta altura la renuncia fue inoportuna como inevitable como consecuencia de la falta de control de su trabajo y exigencias en el cumplimiento del contrato. Pero la mayor irregularidad detectada está en su falta de idoneidad. Desde que asumió los responsables del concurso (Ovejero presidía el Jurado) supieron que nunca fue director de una orquesta profesional, un requisito expreso en los reglamentos de la ley de concursos.
Esta renuncia confirma sus escasos antecedentes y nivel para ejercer. Un gran porcentaje de músicos afirma que eso era evidente en los ensayos. Se aseguró que frente al rigor desarrollo de una obra su incapacidad como director quedaba al descubierto.
Este detalle varias veces remarcado por este medio, estaba oculto pero era un secreto a voces en el entorno de los músicos, autoridades, Secretario de Cultura y Concejo Directivo del Instituto de Música y Danza. Se sabía antes del concurso y durante los dos años que ejerció y el Estado le pagó un abultado sueldo.
Ovejero como Secretario de Cultura avaló un concurso como hoy vemos resultó dudoso. El objetivo era deshacerse Luis Gorelik, un riguroso director tanto en gestión como manejo de nivel orquestal que se había presentado para ser reelecto. Este proceso de caída libre anunciado, se inició a fines del 2008 con problemas del directos por altas exigencias musicales y dura presión del gremio musical. Era un hecho que se debía manipular el concurso, destino era inevitable y bochornoso de comienzo a fin.
Jurado de juicios dudosos
Un chequeo de éste medio indica que por lo menos fue dudosa la elección de alguno de los jurados. Además de Mariano Ovejero estaba José Carli, Elías Khayat y Jooyong Ahn. Llama la atención el caso puntual de José Carli, quien no es director de orquesta. Su trayectoria expone una modesta experiencia de violinista de fila del Teatro Colón y cierta capacidad como arreglador. Pero lo que invalida a Carli es que tiene cercano parentesco familiar con Enrique Roel.
“En su renuncia Roel alega tener compromisos que le impiden cumplir en forma permanente con la Orquesta de Salta, la cierto es que este cargo fue usado como trampolín para dirigir en lugares mas importantes. No obstante es casi seguro que será desenmascarado una vez empiece a mover otra batuta, puesto que se puede engañar a todos una vez o se puede engañar a alguno muchas veces, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”, nos contó uno de los músicos que conoce bien a Roel.
Este bochornoso desenlace dejó una “papa caliente” en manos del maestro Jorge Lhez, que por su experiencia sería el salvador de la caída libre. Pero lo que se pone en tela de juicio hoy es el futuro desempeño al frente de Cultura del abogado Ministro Mariano Ovejero y el papel que tendrá el actual Secretario Sergio Bravo.
Hasta aquí se sabe que la administración de los cuerpos estables y demás áreas culturales les queda grande. No hay rumbo ni política cultural, más que el estricto cumplimiento de las órdenes que bajan del Gobernador Juan Manuel Urtubey.
Los resultados muestran que durante tres años, el binomio Federico Posadas – Mariano Ovejero (foto arriba) hablan de “democratización de la cultura”, “cultura para todos” o “cultura inclusiva” cuando en acción cultural no están a la altura de tan sólo uno de los organismos tan complejos como una Orquesta Sinfónica. Así poco puede esperarse sobre al futuro de los tres cuerpos artísticos estables (orquesta, ballet clásico y folclórico), como costosas conquistas para la Cultura de Salta.
José Acho
Periodista
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