Ciudades como Marsella, Madrid, Venecia y Lisboa enfrentan temperaturas sofocantes que superan los 40 °C, en el inicio de un verano marcado por fenómenos extremos. Las autoridades activan medidas urgentes para prevenir incendios, proteger a la población vulnerable e incluso hacer frente a efectos sociales inesperados, como el repunte de la violencia machista.
Europa se encuentra en alerta por calor al inicio del verano boreal, ilustrando la intensificación de los períodos de temperaturas anormalmente altas. Las consecuencias para el turismo y los peligros del cambio climático.
Los científicos alertan desde hace años sobre el impacto del cambio climático en las olas de calor, sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más intensos y frecuentes.
Francia registra desde el 19 de junio su 50ª ola de calor nacional desde 1947, la mitad de las cuales tuvieron lugar en el siglo XXI. Este viernes, la temperatura podría alcanzar 40 °C.
Cuatro departamentos del litoral mediterráneo se encuentran en alerta naranja —la segunda más elevada—, con el «factor agravante» de las temperaturas de la superficie del mar.
Según la agencia meteorológica Météo-France, estas podrían «influir en el efecto de las temperaturas mínimas, haciendo las noches más sofocantes».
Las autoridades se encuentran movilizadas desde hace días para evitar los incendios, con el cierre incluso de bosques, y recomendar a los ciudadanos que adapten sus horarios de trabajo para evitar los picos de calor.
En Marsella, la segunda ciudad más grande de Francia, el ayuntamiento anunció que las piscinas serán gratuitas hasta que termine la actual ola de calor.
Las escuelas y calor
Pero a una semana del final del curso escolar, algunos padres y profesores tuvieron que llevar ventiladores a las aulas en la ciudad portuaria.
«Da la impresión de que no hay previsión. La ola de calor no ha empezado hoy y no va a parar aquí», declaró a AFP Aline Rossi, madre de alumnos de una escuela pública del centro de Marsella.
Se trata de un «episodio de calor temprano», cuya duración y extensión requieren «una vigilancia particular», insiste Météo-France.
El miércoles 25 de junio, tras una jornada con más de 35 °C en varias regiones de Francia, se desencadenaron violentas tormentas por la noche, que causaron dos muertos y 17 heridos.
El viernes 27 de junio por la mañana, 25.000 hogares seguían sin electricidad, según el operador Enedis.
Alerta naranja y roja
La agencia meteorológica ya puso en alerta naranja otros diez departamentos del sur y el este de Francia a partir del sábado.
Esta ola de calor también golpea a otros países del sur de Europa.
Italia decretó la alerta «roja» este fin de semana en Roma, Venecia y otras 19 ciudades, al estimar que el nivel de calor podría tener «efectos sobre la salud de las personas en buen estado, y no sólo sobre los grupos de población de riesgo».