Finalmente, casi once meses después de ordenada la medida, el Tribunal Oral en lo Federal de Salta condenó, el 17 de octubre, a prisión perpetua a los ex militares Carlos Alberto Arias y Luis Ángel Gaspar Zírpolo, por el secuestro y desaparición del escribano Aldo Melitón Bustos, cometido el 2 de febrero de 1978 en Tartagal.
El Tribunal salteño tuvo que dictar una nueva sentencia por orden de la Cámara Nacional de Casación Penal, que el 24 de noviembre de 2011 calificó estos hechos como “privación ilegal de la libertad en concurso real con el delito de homicidio doblemente agravado por su comisión con alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” y bajó el expediente al TOF salteño para que dicte un nuevo fallo.
Con esta calificación solo cabía la condena a perpetua, que el Tribunal integrado por los jueces Marta Liliana Snopek, Jorge Villada y Renato Rabbi Baldi Cabanillas (en el juicio actuó como cuarto juez, y ahora sustituyó a Roberto Frías, ya fallecido y quien presidía aquel Tribunal), dictó recién el 17 de octubre de 2010.
El juicio por la desaparición de Bustos fue el primero por lesa humanidad realizado en Salta. Comenzó en 2009 y la sentencia se dictó el 10 de abril de 2010. El Tribunal entendió que se trataba de un homicidio simple y les aplicó penas de 20 años a ambos acusados.
La sentencia fue apelada tanto por la querella, a cargo de los abogados David Leiva y Tania Kiriaco en representación del hijo del escribano, Raúl Federico Bustos; como el fiscal federal Eduardo Villalba y las defensas, a cargo del defensor oficial Federico Petrina y el abogado particular Pablo Tobío.
En noviembre pasado la Casación rechazó las apelaciones de las defensas e hizo lugar a las de los querellantes y la Fiscalía, calificó con una figura agravada los delitos cometidos por Arias y Zírpolo y remitió el expediente al Tribunal salteño, ordenándole que dicte una sentencia acorde.
La situación de hecho de los convictos no cambiará sustancialmente, informó ayer la abogada Tania Kiriaco. Arias seguirá cumpliendo prisión efectiva, y Zírpolo continuará en prisión domiciliaria en Tucumán.
Bustos residía en Tartagal. Además de ejercer la escribanía tenía una vida política activa. Durante el gobierno de facto del capitán Roberto Augusto Ulloa tramitó la titularidad del registro notarial donde trabajaba. Pero le fue negada, en un trámite en que participó también el dirigente renovador Jorge Folloni, fundándose en un informe de inteligencia que no lo consideraba de confianza para este cargo.
Durante 1977 Bustos recibió amenazas de muerte, lo que lo llevó a entrevistarse con el jefe del Regimiento de Monte 28, Héctor Ríos Ereñú, y finalmente tuvo que exilarse, aunque luego regresó y fue secuestrado.
- Informe: Elena Corvalán, periodista