La página de facebook pregunta ¿en qué estás pensando?. Pienso ahora en el uso particular que, en la política, se hace hoy de términos como “herencia”, “relato”, “grieta”, etc. Por ejemplo, en esa especie de “determinismo” a ultranza adoptado por parte del nuevo gobierno con todo eso de la “pesada herencia” como un intento de justificar acciones y procederes,
determinismo aun más radicalizado que el que señala el mismísimo concepto de “determinismo psíquico” de la teoría freudiana, porque en Freud está lo que el sujeto recibe como “herencia”, pero también está lo que luego hace o deja de hacer con ello y cómo se las arregla frente a esos mandatos y marcas recibidas.
Por supuesto que no es cosa sencilla revertir un destino, pero en Freud el concepto de determinismo no implica la desculpabilización ni la desresponsabilización del sujeto, sino lo contrario. El asunto es que siempre hay, inexorablemente, una herencia, y que esa herencia es siempre inevitablemente “pesada” en todos los casos, aun cuando se nazca en cuna de oro.
Dicho de otro modo, siempre hay algo previo, una historia, unos padres, un país, un Otro de la cultura, una época, un relato familiar, es decir, nadie parte de borrón y cuenta nueva ni aparece por generación espontánea.
No se parte de una hoja en blanco, sino que se escribe sobre sobre otro texto, en un palimpsesto interminable. Y de la “pesada herencia” cada cual se debe hacer cargo. Porque con la excusa de la “pesada herencia” podría venir, por ejemplo, un asesino serial y decir; “no soy responsable de mis actos ni debo ser juzgado, me enteré de que mi madre me quiso abortar”. No se puede asumir un gobierno, haber prometido el oro y el moro y después, cuando lo prometido no se cumple, salir a decir “no soy responsable de las consecuencias de mis actos”.
La desresponsabilización es la posición histérica, de no verse involucrado en aquello que le concierne. Pero hay un grandioso malentendido en el macrismo, porque, en realidad, si hay una “pesada herencia”, ésta no es la tan mentada herencia de la gestión anterior, sino los imperativos y mandatos, las insignias, los significantes amos, recibidos de sus mandantes neoliberales que son en definitiva a quienes incondicionalmente se somete y obedece, quienes le marcan la cancha y le indican el rumbo. Si hay un determinismo y una “herencia” en el macrismo, ese determinismo es el determinismo neoliberal. Otro término utilizado a mansalva es el de “relato”.
Se habla del “relato” como si acaso pudiera existir la posibilidad de que no hubiera un relato en toda acción humana, máxime cuando se trata de la política. No se dan cuenta que el sólo hecho de decir: “es el relato kirchnerista” ya es un relato, un nuevo relato y de que el ser humano es ante todo un sujeto hablante. El otro término cuyo uso indiscriminado atenta contra la razón es el de “grieta”.
Hablan de la grieta como si ello fuera algo nuevo y como si la grieta, la división, la hendidura, la hiancia, no fueran constitutivas del orden humano y como si en las sociedades no existieran intereses contrapuestos, pujas distributivas, ideales distintos, identificaciones, subjetividad, no coincidencia entre lo que deseamos y lo que obtenemos, entre el dicho y el decir, entre lo consciente y lo inconsciente, etc.
Pero dejo aquí porque ya es muy largo todo esto.
- Antonio Gutiérrez, escritor y psicoanalísta
gutierrezbellone@hotmail.com