Santa Victoria Oeste, tierra de naturaleza generosa con paisajes de majestuosas serranías, carece aun de la infraestructura que los dignifique como un pueblo de profunda identidad salteña. La mayoría de las 22 comunidades originarias sobreviven en condiciones paupérrimas, incomunicados y excluidos del mapa político de Salta.
Desde la capital salteña a Santa Victoria Oeste se accede luego de viajar desde nuestra capital unas 12 horas o más, incluida cuatro horas en camioneta desde La Quiaca, Jujuy. En el pueblo viven unos 2 mil habitantes, de un total de 6 mil que tiene todo el departamento. Su población mayoritaria comprende a 22 comunidades originarias. De ellas, entre 16 y 18 jefes de las comunidades, están enfrentados, por lo tanto, totalmente marginados de la actual gestión municipal del intendente oficialista.
Burocracia e incomunicación
El índice de semi analfabetismo en SVO es alto. El victoreño no puede informarse de casi nada a menos que viaje a la capital salteña. No llegan diarios de la capital, mucho menos las revistas. No hay una señal constante para celulares. La única antena que funciona de forma caprichosa con señal intermitente es la de Personal. A los emporios comunicacionales no les interesa la comunicación en los mercados pequeños, y mucho menos, de bajo poder adquisitivo.
Tampoco hay en el pueblo una cabina pública con línea fija. Para el intendente Cástulo Yanque esto es cosa del pasado. Como no es redituable, para él está lejos de ser importante como servicio público para su gente. La Internet en este pueblo es una utopía. La señal de televisión por aire es débil, y por cable es para muy pocos que la pueden pagar.
Sus problemáticas salteñas tienen más eco en medios de Jujuy que en los de Salta. Lo poco que se llega a conocer viene de notas periodísticas de la Orden Clareteana española con asiento en Jujuy; dirigida por el padre Jesús Olmedo o por su párroco actual José Ramón García, quienes los ayudan como pueden, por eso son también considerados personas no gratas de la actual gestión municipal.
Uso y abuso del poder
Esa FM local tieme corto alcance y es un instrumento más de su campaña. Está tomada por los súbditos del intendente y sólo se escuchan las voces de los candidatos oficialistas como la de la senadora por SVO, Silvia Cabana. Sus discursos radiales (en vivo y cuando está en Salta), taladran la cabeza de sus oyentes durante tres a cuatro de la programación matutina.
En la 4ª Asamblea de la Unión de Comunidades Aborígenes Victoreñas (UCAV) se abordó la necesidad de pedir ayuda al Gobierno Nacional para la instalación de una radio comunitaria como servicio público. Se necesita una antena de envergadura y transmisores potentes para llegar con información, ayuda y mensajes a los distintos parajes. En realidad, SVO no existe para los medios periodísticos masivos de nuestra capital.
Un intendente romerista
Esta es la única época que los candidatos se preocupan para acceder a las comunidades distantes para sus campañas. Son horas interminables de caminata por falta de rutas o caminos vecinales. Sólo una pequeña parte se puede hacer con un vehículo. Luego las caminatas mínimas son de 3 y hasta un máximo de 10 horas, a través de altas serranías con peligrosos senderos, cruces de ríos y profundos precipicios.
Estancamiento histórico
El olvido del Gobierno de la Provincia mantiene a SVO en un estancamiento histórico. Cada año los temporales de lluvias ponen al descubierto las falencias de una política social declamativa y carente de soluciones estructurales. Las comunidades originarias y padres de familias carenciadas reclaman la apertura de rutas cortadas por derrumbes, las caídas de puentes, las defensas de los ríos para salvar de las inundaciones de las tierras costeras, los cortes de caminos vecinales, las redes de agua potable, los desagües cloacales, la contaminación de ríos y la incomunicación ancestral.
La intendencia apenas cumplió con sus deberes mínimos. Su último balance no pasa de ayudas emergentes por los temporales, en colaboraciones, transporte de materiales para algunas familias y de sus obligaciones burocráticas.
Por estos días SVO está nuevamente inmerso en disputas partidarias con promesas de cambio que nunca llegan. En tanto las etnias sobrevivientes se enfrentan a diario con el abuso, la discriminación y la pobreza. Sometidos a su destino de indecisiones políticas que sabe a olvidos y eternas esperas.
El etnocidio en SVO está latente en el avasallamiento, la marginación y el desarraigo cultural. La desprotección de un Estado, favorece la migración y la pérdida de la identidad, nuestro mayor patrimonio.
- «El genocidio asesina a los cuerpos de los pueblos, el etnocidio los mata en su espíritu» (Pierre Clastes, antropólogo francés).
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