El periodista de El Tribuno Darío Illanes reclama una abultada deuda salarial desde hace 29 meses. La medida es inédita para el diario del senador Juan Carlos Romero. Al menos otros cinco colegas tomarían una actitud similar por explotación, persecusión ideológica y daño moral. “La deuda conmigo es de alrededor de $ 2000 por mes”, dijo el trabajador a Salta Libre.
Luego de 14 años de trabajar en el diario El Tribuno, el periodista Darío Alberto Illanes – conocido sus producciones periodísticas, posturas independientes, muchas de ellas contrarias a la línea editorial de la empresa romerista, y la defensa de los derechos de los trabajadores de la prensa- denunció a la empresa gráfica por violar y desconocer las normas laborales y colocarlo “en una injusta situación de despido”.
La medida legal, inédita por parte de un periodista empleado en la empresa Horizontes, tiene sustento en el artículo 1201 del Código Civil de la Nación, el “despido indirecto”, según las leyes de trabajo 20774, 24013, el Estatuto del Periodista y otras normas jurídicas.
El comunicador, quien venía reclamando desde junio de 2008 el cumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo 541 y su categorización en función de la labor como redactor especializado que cumplía, fue colocado, de acuerdo a sus palabras, “Injustamente en una situación de despido por parte de la empresa.
Sueldos miserables
El periodista aseguró que a la mayoría de sus ex compañeros, la empresa administrada por el contador Norberto Freyre les paga un sueldo de bolsillo que apenas supera los $ 2.000. “Hay chicas y chicos egresados de la universidad, trabajando 10 horas diarias, llenando de contenido el diario todos los días, que no llegan a los dos mil pesos”, describió.
“Soy periodista desde antes de trabajar en El Tribuno. Pero para la empresa, en donde comencé a trabajar el 1 de enero de 1997, soy apenas un cronista, tal como ellos indican en mi recibo de sueldo. Para esa categoría la empresa paga un salario básico de $ 1759. La mayoría de mis colegas y compañeros de otras áreas recibe sueldos miserables”, sostuvo.
Destacó: “Como prueban mis artículos e informes de investigación firmados y publicados durante estos años, me desempeño como redactor especializado. Según el Convenio Colectivo de Trabajo del 2008, el sueldo básico que me corresponde es de $ 3.748, como a la mayoría que escribe más que una crónica.”. Y agregó: “la deuda que El Tribuno tiene conmigo es de alrededor de $ 2000 por mes, desde hace 29 meses. ¿Qué dirá AFIP, Anses, Secretaría de Trabajo de Salta y Ministerio de Trabajo de la Nación sobre estas faltas patronales cometidas contra la mayoría de los trabajadores de El Tribuno?”, se preguntó.
Intimidación y acoso
Además de su producción profesional en El Tribuno, la actividad de Illanes fue públicamente conocida en agosto de 2007 cuando, cumpliendo su labor periodística en la ex Comisaría del Menor de Castañares, fue golpeado por policías y encerrado en un calabozo. La noticia fue publicada en diarios nacionales y reproducida internacionalmente, excepto en el diario donde trabajaba.
Poco después impulsó la reorganización de los trabajadores de prensa y, a partir de la firma del Convenio Colectivo de Trabajo en 2008, reclamó dentro de la empresa Horizontes el cumplimiento de la norma laboral.
El 30 de octubre, tres días después de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, Illanes divulgó fuera del medio donde trabaja un artículo expresando su dolor. Sus expresiones no gustaron en la empresa romerista y comenzó el asedio.
“El Tribuno intimida y acosa a los trabajadores. La forma más extrema es mandar una escribana a los hogares para notificar despidos. Esto aterroriza a quien lo recibe y a los compañeros, quienes se ven obligados a resignarse y callar las injusticias laborales y profesionales sufridas para no perder el empleo”, contó Illanes.
Cinco mujeres despedidas
En el último año, cinco trabajadoras, dos periodistas, una de ellas regresando de su maternidad; una diagramadora y dos secretarias, fueron despedidas. Ellas fueron Melina Sola, Romina Oliver, Miriam Camisar, Mariela Escandar y Mónica Arnedo.
“La explotación que sufrimos los trabajadores de El Tribuno se debe, además de la injusticia patronal, a la ausencia trabajadora de acción colectiva transformadora. Hay miedo. El lógico ante la cotidiana posibilidad de perder el empleo y la rutina mensual del cajero del banco.
Este miedo se convierte en resignación y terror”, describió Illanes. “Para ser periodistas, además de poseer capacitación intelectual y algún talento, debemos ser libres, honestos y dignos. Es feo perder un trabajo, pero peor es dejar en el camino la libertad, la honestidad y la dignidad”, concluyó.