(Enviado a Santa Victoria Oeste). Niños de la comunidad originaria de Pucará de Santa Victoria Oeste, como todos los años, tomarán clases en sus viejas escuelas “rancho” que el Gobierno de Urtubey, y antes también Romero, consideraron erradicadas. Una escuela nueva de la comunidad de La Falda no está terminada y en Pucará aun no iniciaron su el ciclo lectivo 2011, porque el nuevo edificio no pudo soportar su primer temporal de lluvia, y a un paso de inaugurarse, evidenció peligrosas fallas de construcción que impidieron el traslado.
Se trata de dos escuelas precarias de Santa Victoria Oeste de las márgenes de ríos que durante años estuvieron en peligro por las crecientes por los temporales. Las clases se daban en condiciones exiguas, inclusive una de ellas está a punto de derrumbarse. Son dos casos testigos de muchas que calificadas como escuelas “rancho” subsisten en el interior de la provincia.
En el 2006 al final del gobierno de Juan Carlos Romero, Salta Libre fue a Santa Victoria Oeste y reveló la existencia de escuelas precarias en dos comunidades. Al asumir Juan Manuel Urtubey en el 2007, prometió la erradicación en uno o dos años con un llamado proceso de licitación para la construcción de escuelas nuevas en toda la Provincia.
A casi cuatro años de promesas y anuncios de cambios educativos, la Escuela Nº 4282 “Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás” de la Comunidad de La Falda y la Escuela 4543 “Bernardo Frías” de la comunidad de Pucará, aun funcionan pese a su condición de escuelas “rancho”. Este 2011 los niños hasta la semana pasada estaban obligados a volver a tomar clases en cuartos que hacen de aulas. Comedores que son chozas de adobe a la vista, techo de chapa o paja y piso de tierra.
Salta Libre volvió y estuvo toda la semana pasada en SVO. Pasaron casi cuatro años y esta vez el regreso fue al final del gobierno de Juan Manuel Urtubey. En el lugar pudimos constatar que las dos escuelas “ranchos” siguieron funcionando hasta el final del ciclo lectivos 2010 y que milagrosamente se mantienen en pié.
La vieja escuela de la comunidad de Pucará, a la vera del río, persiste acechada por las peligrosas correntadas que se comió gran parte de su terreno. “En varias oportunidades los chicos tuvieron que ser evacuados por los temporales y las crecidas que se llevó varias casas y animales” dijo Rodolfo Churquina, presidente de la Comunidad de Pucará.
“Hasta hoy (por el viernes 18 de marzo) en la comunidad Pucará no comenzaron las clases. Gran parte del piso del patio de la escuela nueva, arriba de las aulas de jardín, se hundió y tiene grietas en las paredes por fallas de construcción”, agregó Churquina.
La directora llamada Mariela Valor está de licencia y el maestro a cargo de la dirección del establecimiento es el profesor Guido Mamaní. Ambos no habían aparecido por su escuela SVO. Colegas del profesor Mamaní, dijeron que quizás sea porque estaría enterado de los inconvenientes con el nuevo edificio y que regresaría al pueblo cuando el problema esté resuelto, o cuando se inicien las sesiones del Concejo Deliberante Municipal, porque Mamaní también ostenta el cargo de Presidente del cuerpo de concejales de SVO.
Los nuevos edificios, construidos lejos de los peligros de las crecidas del río, ya registraron inconvenientes. El Gobierno tenía planeado inaugurarlos antes de las elecciones. La nueva escuela de Pucará le costó a la Provincia 1.050.000 pesos. Son los inspectores de obras los que tendrán que revisar las fallas para realizar el reclamo a la empresa responsable “Delizia Construcciones” del Ingeniero Julio R. Delizia. Hasta eso, los padres temían que la solución sea que sus niños tengan que volver a la vieja escuela “rancho” para no perder más días de clases.
La empresa adjudicataria debía entregar la obra terminada en 210 días corridos a partir de ganar la licitación hace unos dos años. La demora y las fallas se habrían producido por la falta de seguimiento de la obra e inspección de los funcionarios responsables del Ministerio de Educación y Obras Públicas,
En el caso de la escuela de la comunidad de La Falda, a la que se accede luego de caminar 3 horas por peligrosos senderos, la directora Isabel Ríos de Vázquez, inició el período lectivo el lunes 16 de marzo en la vieja escuela “rancho” derruída y a punto de derrumbarse. No obstante aseveró que está a la espera de la orden de traslado al nuevo edificio que también está a medio terminar ya que le falta el albergue, la cocina, el patio o zoom, extraer la abundante maleza y cerrar el perímetro.
Pero la directiva docente no tiene problema. “Que le vamos a hacer, como toda familia tenemos a acomodarnos como podamos”, acotó amablemente. Ella tiene pensado que en ese edificio, así como está, empezará a dictar clases a partir el día lunes 21 de marzo. Ella sabía que eso no era muy probable pero pudo más su conformismo y diplomacia.
La presidenta de la comunidad de La Falda, Ana Quispe, preocupada por la seguridad y la falta de gestión de la directiva, aseguro a este medio que en el nuevo edificio tampoco está en condiciones para dictar clases.
“No puede ser que nuestros niños tengan que seguir soportando el conformismo, esa escuela tenía que ya debía estar terminada. Ahora dicen que se hará en dos etapas. Estamos seguros que seguirá así por años porque la directora no tiene mucho compromiso educativo o no le importa, y siempre qiere quedar bien con el intendente”, argumentó.
- Nota publicada también en la edición papel del Nuevo Diario de Salta en su edición del domingo 20 de marzo de 2011.