- Por Reynaldo Sietecase
Mejor ser cabeza de ratón que cola de león. El refrán popular es categórico, mejor moverse en el terreno conocido que arriesgar lo que se tiene consolidado sólo por ir a más. La ambición es mala consejera.
Eso dice. Es más conveniente liderar lo pequeño que intentar un salto para ser furgón de cola de lo grande. El dilema que abruma a dirigentes políticos de distintos partidos es tan real como triste. El gran poeta Marrio Trejo, con talento e irreverencia, desmontó la fórmula binaria del dicho y lo convirtió en un verso iluminado: “Más vale ser cabeza de león que cola de ratón” (el texto citado se llama: Apuntes para una crítica de la razón poética).
El mensaje es un desafío para la vida. No escatimar con los sueños. Tomar los riesgos necesarios. Ir por todo. No es fácil en política asumir ese credo, la opinión pública no es piadosa con aquellos que toman decisiones equivocadas.
Mauricio Macri, Julio Cobos, Felipe Solá, Mario Das Neves, Pino Solanas, Carlos Reutemann, son algunos de los hombres que en los últimos meses tuvieron que elegir. El gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, se encuentra ante esa coyuntura.
El acuerdo de palabra entre los socialistas y Ricardo Alfonsín, para construir un “frente progresista”, naufragó apenas Francisco De Narváez puso un pie en el barco. El millonario colombiano representa a la derecha más conservadora. Su fortuna le permitió hacer pie en algunos sectores humildes del gran Buenos Aires.
El aliado natural de De Narváez es Mauricio Macri. Pero esa entente fracasó por desconfianza personal y disputas menores no por diferencias ideológicas. De Narváez esperaba que el ex presidente de Boca cumpliera su palabra y se presentara como candidato a presidente. Al día siguiente de la deserción de Macri le ordenó a sus emisarios cerrar trato con Alfonsín. Ya había tenido acercamientos con Eduardo Duhalde, Julio Cobos y hasta con Daniel Scioli. Por qué no intentar con el hijo de don Raúl. Encontró al diputado de Chascomús con el sí fácil. Necesitado de fondos y de votos en el Buenos Aires profundo.
El gobernador de Santa Fe se enteró por los diarios de un pacto que ya estaba cerrado. Más allá del hecho consumado, De Narváez es indigerible para la estructura del PS, para sus dirigentes y para sus militantes. A los cuestionamientos ideológicos que le hacen al empresario, que financió a Carlos Menem en su última aventura presidencial, se suma una referencia inevitable: los peligros de crear una alianza con el único objetivo de ganar de cualquier manera.
Binner debe decidir en los próximos días si lidera un frente de centroizquierda integrado por Luis Juez, Pino Solanas, Víctor de Gennaro y Margarita Stolbizer o se refugia en su provincia. Sabe de los riesgos pero la apuesta permitiría, por primera vez, abrir un espacio similar al del Frente Amplio de Uruguay. Una plataforma perdurable que pueda disputar, en este año, el poder en tres de los cuatro distritos más importantes del país y, tal vez, unificar una bancada importante de legisladores nacionales con la vista puesta en el 2015.
En su entorno no todos piensan igual. Están aquellos que le sugieren con distintos argumentos no jugar en la elección de octubre. A la falta de recursos económicos agregan el poco tiempo que queda para hacer una instalación nacional de su figura y, en especial, temen que el malestar con la UCR menoscabe las posibilidades de retener la provincia de Santa Fe (allí se vota el 24 de julio). Sin embargo, los memoriosos recuerdan que en el 2007 los radicales fueron con Roberto Lavagna y los socialistas integraron una fórmula con Elisa Carrió y el Frente Progresista de Santa Fe, que ya lleva veinte años desde su creación, no se fracturó. En aquel momento, Alfonsín padre intentó, sin éxito, convencer a Binner de que apoyara a Lavagna.
Ahora fue Eduardo Duhalde quien dio un consejo gratuito a los socialistas y pidió la unidad de la oposición. Todavía se imagina como armador de una gran frente anti K. En el PRO no se sienten afectados por estos devaneos y siguen discutiendo sobre quién va a representarlos en la elección nacional. Las opciones van desde Solá a Federico Pinedo. Tampoco descartan terminar apoyando al candidato mejor posicionado de la oposición. En tanto, Macri masculla bronca: no entiende por qué Alfonsín acepta a De Narváez y lo rechaza a él. En esto lo asiste toda la razón.
En el gobierno muestran indiferencia ante los últimos movimientos de sus adversarios. Sin embargo, saben que las chances de ganar en primera vuelta crecen en proporción a la sumatoria de candidatos. También hay que señalar que los pruritos que acosan a los socialistas son un bien escaso en el oficialismo. Carlos Menem y su hija, Zulemita, esta semana elogiaron a Cristina Fernández y dejaron entrever que serían candidatos al Congreso, desde La Rioja, acompañando “el proyecto nacional” de la Presidenta, si es que finalmente se presenta a la reelección. Nadie lo desmintió.
En medio del vértigo electoral estalló un escándalo en la Fundación Madres de Plaza de Mayo a partir de la renuncia, a la administración de le entidad, de Sergio Schoklender. Las Madres hace años que construyen viviendas sociales con el apoyo económico del Estado Nacional. La oposición reactivó varias denuncias sobre el polémico Shoklender y hasta se presentó una denuncia judicial. En forma maniquea, desde los grupos mediáticos enfrentados al gobierno se tejió una formulación que apuntó a desacreditar a Hebe de Bonafini, como una manera directa de cuestionar al gobierno nacional. Desde los sectores periodísticos afines al oficialismo se denunció un ataque a las Madres y a la política de Derechos Humanos. Algunas reacciones son tan previsibles que aburren.
Se puede apoyar a la Madres, defender los juicios a los genocidas y, a la vez, exigir la investigación de un posible caso corrupción. En especial, si se trata de dineros públicos destinados a los más necesitados. Al parece, según sus propios dichos, Schoklender se hizo rico en lZos últimos años. Deberá explicar cómo. Si fue de manera ilegal tendrá que rendir cuentas a la justicia. El pañuelo blanco no se mancha. Nació para resguardar la memoria e iluminar ilícitos, no para taparlos.
- Nota de Reynaldo Sietecase en Dario Z publicada edición 2.6.2011