La guía, presentada como una herramienta científica y social, recoge tres años de trabajo con varones denunciados—muchos de ellos policías. El enfoque es restaurativo, no punitivo. Se busca que el agresor reconozca su historia, sus vínculos, y los códigos de masculinidad que lo moldearon. “Ser fuerte, no llorar, despreciar lo femenino”: estos mandatos son el blanco del abordaje psicosocial.
Pero el manual también delimita su alcance: quedan afuera quienes tienen consumos problemáticos, patologías psiquiátricas o denuncias graves. ¿No son justamente esos casos los que más necesitan intervención? ¿No corre el riesgo de convertirse en una pedagogía para los “violentos funcionales”? Son cuestiones que habrá que abordar.
La apuesta por la empatía y la deconstrucción es necesaria. Pero también exige vigilancia crítica sobre cómo se mide el impacto después de los seis meses de intervención. Luego habrá que pensar don queda la voz de las víctimas en este proceso.
La guía, presentada como una herramienta científica y social, recoge tres años de trabajo con varones denunciados—muchos de ellos policías. El enfoque es restaurativo, no punitivo. Se busca que el agresor reconozca su historia, sus vínculos, y los códigos de masculinidad que lo moldearon. “Ser fuerte, no llorar, despreciar lo femenino”: estos mandatos son el blanco del abordaje psicosocial.
Las y los interesados en acceder a ella pueden descargarla a través del siguiente link: Mujeres y Diversidad
“Esta guía busca brindarnos una herramienta concreta para poder trabajar con aquellos varones que fueron denunciados por violencia de género. La idea es dejar un recurso metodológico para erradicar la violencia en la sociedad salteña”, indicó la subsecretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad, Inés Bocanera.
Lo valioso:
Sistematiza experiencias reales, con un enfoque interdisciplinario que combina antropología, psicología y análisis social.
Apuesta por una justicia restaurativa que busca reparar, no solo sancionar.
Reconoce que la masculinidad es una construcción social que puede y debe ser revisada.
Lo discutible:
La exclusión de casos complejos puede limitar el alcance del programa.
Falta información sobre mecanismos de seguimiento y evaluación de impacto.
La voz de las víctimas no aparece como parte activa del proceso.










