El gobierno del matrimonio «K» se apresta a apropiarse de una multimillonaria suma de fondos pertenecientes a los “ninguneados” aportantes a las AFJP, más otra importante suma periódica de lo que fueron los pagos mensuales de los próximos ex aportantes, que ahora irán sin intermediarios a la «K»aja.
No hizo falta esta vez inventar pretextos absolutamente contradictorios entre sí como ocurrió con las famosas retenciones frustradas de la Resolución 125, para terminar reconociendo: “¿y con qué quieren que paguemos la deuda, si no?…”, probablemente porque los mecanismos de “seducción” para los representantes seducibles en aquella oportunidad eran ingresos que se “cobrarían”, en cambio esta vez se trata de fondos que ya están, lo que ayuda naturalmente a algunos “indecisos”, como se manifestó en la cercana elección de Diputados.
¿Servirán estos enormes fondos para ganar las elecciones de 2009, sobre todo teniendo en cuenta que algunos inevitablemente se filtrarán hacia fuera de la economía argentina, donde no cosecharán votos, en pagos de amortizaciones y servicios de la deuda?. Es toda una pregunta. Si se tratara de una elección presidencial, el matrimonio «K» no debería preocuparse demasiado porque la fragmentación de la oposición le allana el camino y la propia debilidad opositora se traduce en un fortalecimiento del mejor posicionado, o primera minoría, en este caso, el partido oficialista.
Pero las elecciones de 2009 son legislativas, y si bien el menor número de votantes y la misma fragmentación de la oposición mejoran las chances del gobierno por el sistema de representación proporcional, a éste no le sirve de mucho que los votos que no recibe vayan al partido “Oposición A”, u “Oposición B”, si ninguno de los dos va a “Oficialismo K”, si, sin necesidad de acuerdos programáticos, la actual oposición muestra una expectable coherencia en contra del gobierno.
Por lo tanto, y de no mediar algún golpe de suerte, el gobierno se encamina a una derrota legislativa en 2009, que las condiciones de la economía mundial y su impacto sobre la economía argentina, unido a los desaciertos propios del gobierno parecen fortalecer desde la perspectiva de casi un año antes.
Así las cosas, ¿por qué el gobierno paga semejante costo político, cosechando de antemano 10.000.000 de votos seguros en contra, a cambio de probables votos que pueda comprar con estos recursos, por grandes que esos recursos sean?. Nadie sabe la respuesta, aunque la codicia puede ser una explicación simple. Sin embargo, parece prudente no arriesgar hipótesis, porque cuando los comportamientos no son racionales, la búsqueda de explicaciones lógicas no parece un ejercicio demasiado sensato, ¿verdad?.