Con la mentira como dogma, la banda de los Caputo, antes con Macri y esta vez con Milei, cometieron otro robo. Lo que tanto dijeron “nunca iba a pasar” pasó. Devaluaron el peso el mismo día que salió el dato del casi 4% de inflación.
Ahora todo este nuevo descalabro económico afecta a los más vulnerables y se traslada a precios. El pobre asalariado sentirá la caída del peso como plomo sobre sus espaldas. Otra vez la política de la mano con el FMI transfiere riqueza a esa pequeña porción de argentinos que hoy amaneció un 30% más rico.
El FMI para darle otro “generoso” préstamo al Gobierno exigió un salto devaluatorio que Milei y Caputo lo llamaron con el eufemismo “flotación entre bandas”.
Como esta película ya la sufrimos, desde el lunes 14 de abril comienza la pulseada con el dólar y arranca la carrera para “flotar”, sino para pasar la barrera de los $1400.
Los que no vamos “a flotar” sino directamente ahogarnos con más inflación y la suba del costo de la vida, somos los pobres asalariados, jubilados, desempleados, monotributistas.
Como en la era de la monarquía y el feudalismo, los ricos, los reyes de la bicicleta, la casta política y financiera, le exige cada vez más tributo al pueblo para solventar la vida de lujos de la clase privilegiada.

La mentira de la dolarización afuera”; el cierre del Banco Central afuera!; el superpeso fuera!; el dólar barato afuera! El rey león, el “especialista en temas de crecimiento económico con y sin dinero”, con el culo como mandril, cedió a las exigencias del FMI, de los señores feudales del campo y la patria financiera.
El salvataje o la flotación tan desesperadamente solicitada ha llegado para todos ellos con otro mega crédito como aporte a la timba de Caputo, como ya lo hizo antes con Macri.
Los nuevos USD 20 mil millones del FMI no son para el fin del cepo que aún tiene restricciones; mucho menos para la reactivación. El destino final es inyectar riqueza al cada vez más exigente mercado financiero.
La cruenta segunda devaluación y la creciente inflación de los próximos meses creciente van directo a la suba de precios como otro golpe directo al bolsillo de los asalariados al sueldo de los jubilados.
¡No mientan más! El desesperado préstamo y la anunciada flotación es en realidad, una devaluación del peso y un cruel salvavidas de plomo para el pueblo.