El cansancio es lo único que temporalmente puede alejar a Dino Saluzzi de su mundo de la música. Y la prensa los sabe porque es un componente que no está precisamente en su lista de preferencias. Por eso la experiencia de entrevistar un músico de su nivel tiene siempre tiene sus bemoles. Puedo decirlo luego que Salta Libre pudo acceder a una breve entrevista tras los largos ensayos de toda una jornada previa al concierto en Salta. Y haría mal en quejarme de la espera porque a la vez tuve el privilegio de ser un espectador de lujo, un involuntario testigo de su modo de ensayar, es decir debo reconocer que tuve honor de presenciar el génesis de su creatividad. “Todo este concierto está hecho con el afecto y el respeto. Mi viejo me decía si no sale del corazón, no llega al corazón?. El bandoneonista habló de su añejo bandoneón “Doble A? y de la certeza que hoy en el país “hay crisis de ideas en la música y también el quehacer de la vida?. Saluzzi y su nuevo disco pronto a salir en Argentina, su vida repartida entre Alemania y la Argentina y una popularidad mundial en ascenso a juzgar por sus más de 50 conciertos cumplidos únicamente en Europa este 2006.
Artesano impecable de la música mundial con escencia argentina, música extraída desde su gran corazón norteño, es el sello que identifica a Dino Saluzzi. Debo confesar anteriores encuentros periodísticos con Saluzzi no fueron muy gratos y fue cuando lo hice para un medio local que luego se volvió oficialista. Pero esta vez fue diferente. En su regreso sinfónico a Salta, midiendo sus tiempos y cuidándome de sus cambios de humor, con cierta táctica y prudencia pacté el horario para una “breve entrevista”.
Hoy luego de otra experiencia más, puedo afirmar que Saluzzi para bien y para mal, lleva cuestas es mito real de ser un hombre tozudo en varios aspectos de su vida, incluido la artística. Y si bien el ser tozudo no es un estado para sentirse precisamente orgulloso, a la larga le ha servido como una cualidad para lograr un reconocimiento mundial en su carrera.
En los últimos años este artista enorme, perspicaz, noble y emotivo, hoy revoluciona el ámbito de la música argentina, porque al sentimiento norteño le otorgó libertad, vuelo, personalidad, creatividad, sobretodo universalidad.
No obstante nunca había sido espectador de lujo anticipado de lo que estimo será un gran concierto no solo para Salta, sino para el país. Al punto que muchos pensamos, que de este concierto histórico en Salta debería quedar para la historia registrado en un compacto y un DVD, como para justificar la enorme inversión que realizó el Gobierno de Salta.
Por lo pronto sabemos que Dino trajo a su propio sonidista que los llama siempre para sus recitales en el país y quien tiene el encargo de grabarlo desde una consola de 36 canales.
Viendo personalmente sus ensayos, en verdad su cabeza funciona como una usina ideas musicales, de melodías, ritmos, creaciones y proyectos de actuaciones que brotaron en forma permanente durante los intervalos musicales.
Como ejemplo plasmado de trabajo, solo basta dirigirse a su página oficial www.saluzzimusic.com para ver sus relaciones con los más grandes músicos del mundo, los nombres de los conciertos, sus discos grabados con grandes figuras en el extranjero.
Dino realiza un trabajo profesional donde sus proyectos no están librados al azar, salvo a la creatividad permanente que fluye por el amor que siente por la música. Esto le permitió llegar un destino que hoy disfruta a través del reconocimiento de sus pares, de la prensa y del público en todo el mundo.
Ensayo «Dino Saluzzi Family»
En los ensayos privados con el cuarteto de cuerdas de Buenos Aires y con el grupo que reúne a su familia, Salta Libre fue testigo privilegiado de como Dino Saluzzi aferrado a su bandoneón subía a las más altas cimas de la emoción y descendía a las más profundas aguas de la conmoción y alegría, a bordo de las melodías que lo envolvían gozosamente por el virtuosismo de los músicos que lo acompañan en la «Dino Saluzzi Family» cumpuesta por Felix, Dino, su hijo José María, Matías en bajo, el baterista italiano Umberto «Uty» Gandi y la jóven Cintya Saluzzi en flauta traversa.
Dino toca, goza y cerrando los ojos se transporta. Repasando los temas de su concierto, mentalmente vuela y nada lo despierta, si no es una nota mal tocada. Marca los ritmos, dirige a todos con la mirada o gestos, lanza indicaciones sobre los compases o arreglos de cualquier instrumento de su grupo y al final de cada pieza explota lanzando un Aaahh, qué bien que sonó eso…! Seguido de una gran carcajada de beneplácito. Con los estilos clásicos o jazzísticos, los torrentes de sentimientos le pasan por dentro, pero con los ritmos que le son propios de su tierra, lo conmueven tanto al punto de provocarle bailar de alegría. “Además de la baguala y las otras canciones, yo quiero tocar una zamba y una chacarera también…” dice. Sobre la marcha, su hermano “El Cuchara” Felix Saluzzi, le indica que no están en el programa. “Bueno, si nos piden otra, los tocamos otra y otra… hasta que nos echen de la sala aunque no quede nadie”, agrega riéndose con vehemencia.
Cuando finalmente termina el ensayo, este hombre ya cansado de haber disfrutado y tocado su bandoneón por más de siete horas, me brinda como periodista, los cinco minutos prometidos de la “breve entrevista”.
Un concierto desde el corazón
¿Siente que éste era su concierto soñado tantas veces ofrecer a los salteños, un especie de regreso con gloria a su tierra?
“Si, algún día pensaba hacer esto. Bueno se dio el caso, y estoy muy feliz. Un poco cansado de los ensayos y demás cosas de organización, pero contento, porque una retrospectiva que necesitaba. Cansado también porque no es fácil, se necesita unir una cantidad de elementos que son necesarios para un concierto así tan variado”.
Sobretodo estoy feliz porque este concierto está hecho con el afecto y con el respeto. Mi viejo me decía si no sale del corazón, no llega al corazón. El mecanicismo la cosa meramente automática, o mecánica, siempre adolece de cosas fundamentales. Sin el sentimiento no podemos lograr una vida más concreta y posible”.
¿El programa del concierto fue una elección suya?
No, el programa está diseñado junto con el maestro Felipe Izcaray. Yo tenía en mente este concierto. Desde hacía tiempo me pedían venir, pero mis tiempos no daban por una serie de compromisos. Bueno, ahora se dio el caso y acá estamos. Siempre hay que estar preparado para todo esto.
¿Después de tantos años, finalmente sabemos se editará un disco de Saluzzi en la Argentina…?
Si, en Octubre sale en Europa, y estimo que en noviembre o a más tardar en Marzo de 2007 estará en las disqueras argentinas impulsado por mí. Saldrá a través de mi sello y a un precio argentino accesible.
Hace poco el bandoneón como instrumento cumplió años y un informe decía que esto nobles instrumentos, sobre todo los de marca “Doble A” están en vías de extinción porque ya no se fabrican. ¿Desde hace cuanto tiempo tiene Ud. Su bandoneón?
Yo lo tengo el bandoneón desde los 7 años. Es precisamente de la marca alemana “Doble A” y es cierto tiene sus años. Es decir que el mío tiene como mil años, (se ríe), y mejor no seamos tan exactos…
Los más viejos ya tienen como ochenta años. ¿No le preocupa que tenga los días contados..?
Bueno, el material se desgasta y es cierto, en el país no hay Luthiers buenos. Aunque el bandoneón es un instrumento periférico. Así se llaman a los instrumentos que no están reconocidos oficialmente, por lo que se llama la música académica. Pero el bandoneón necesita más que nuevos instrumentos, compositores nuevos. Porque si el instrumento se reduce a un género o a un terreno reducido, nunca va a crecer.
¿Al margen de la cuestión artística, de la creación, está también el aspecto del trabajo?
Claro, un instrumentista no vive del aire, tiene que trabajar. Entonces hay que dedicarle al bandoneón una larga cantidad de años que después no se manifiesta como medio de vida de condiciones normales para un bandoneonista. Y los músicos tienen que inscribirse o trabajar en relación de dependencia, como por ejemplo en una orquesta sinfónica. Con solo eso no se puede desarrollar la música, tiene que haber eso y muchas otras cosas más. El instrumento como todo en la vida y en la música, necesita desarrollo.
¿Ha escuchado decir por ahí que no hay ideas nuevas en la música?
No solo hay una crisis de ideas en la música sino también en el quehacer de la vida.
¿Después de tanto tiempo alejado cómo encuentra a su Salta, y a su pueblo Campo Santo?
A Salta la veo muy bien y por esto de los ensayos a mi pueblo todavía no he podido ir.