(Buenos Aires, (Especial para Salta Libre) ¿Son éstas las circunstancias adecuadas? Se pregunta el editorialista del diario Clarín en la edición del domingo 1º de julio, con referencia a la postulación de Cristina Kirchner a la presidencia de la Nación por el movimiento que conduce su marido. “Más que las adecuadas -se responde- son las inevitables”. Aciagos días le toca vivir al “gobierno de la hegemonía”. Los resultados electorales en capital y Tierra del Fuego; la corrupción que rodea al caso Skanska y que salpica a buena parte del gabinete Nacional; los negociados con la Pan American Energy en las tierras del presidente, marcan, sin duda, el cambio de una etapa que coloca a la corrupción como un elemento nada desdeñable en la crisis política que se abre.
Daniel Peralta, el gobernador impuesto por el kirchnerismo después de que la extraordinaria huelga docente pusiera en vilo a todo el país e hiciera estallar en mil pedazos al gobierno de Sancho, es en la actualidad el pobre candidato que el Frente para la victoria tiene para ofrecerle a la ciudadanía santacruceña.
Peralta, que aun no comenzó a hacer campaña, ya se encuentra envuelto en un escándalo de proporciones y sin embargo, es casi el único candidato que le queda a
Kirchner en la actualidad para desactivar la crisis descomunal en que se encuentra su provincia.
La entrega a la Pan American Energy de los recursos petroleros de la provincia, ha desatado una polémica que, como nos tiene acostumbrados Santa Cruz en estos
últimos meses, ya tiene una dimensión nacional.
Exitosa negociación
La Pan American Energy, es una empresa multinacional que tiene la virtud de haber conseguido una marca que debería figurar en el Guiness de los records: acaba de
negociar exitosamente la renovación de su concesión para seguir engordando sus bolsillos con las riquezas naturales patagónicas, por 30 años más, y esto lo hizo
diez años antes de que venciera su actual concesión, vigente hasta el 2017.
Peralta que viene de soportar una exitosa huelga de los trabajadores del petróleo por aumentos de salarios, se enfrenta ahora a otra contundente huelga de los
camioneros por la misma razón; sin embargo, bombero todo servicio de la pareja presidencial, resulta un candidato forzado por los hechos, dado que la enharinada
hermana del presidente no hace más que caer en las encuestas.
Alicia Kirchner, está en alrededor de 4 puntos por debajo de Arnold (ex-vice del pingüino en la
provincia) y sigue en picada, lo que ha llevado a que su “leal” y gran hermano evalúe como recomendable que en las próximas horas, Alicia esté nominada y
abandone su candidatura.
La candidatura a gobernador de Daniel Peralta, en caso de confirmarse, coloca al kirchnerismo santacruceño, en situación de repetir el fiasco electoral de sus
pares fueguinos.
Skanka, bola de nieve
Por su parte Skanka se ha transformado en una bola de nieve que amenaza con arrasar a gran parte del gabinete, y para colmo, si con las bolas no le alcanzara
al “gobierno de la hegemonía”, ahora aparecen bolsas con miles de dólares en el despacho de la ministra de economía.
Miceli, seguramente, no reservaría el contenido de la bolsa para ir a la carnicería en busca del lomo para las fiestas. Por lo menos así lo entiende DeVido, quien además de autoproclamarse inocente en este caso, consideró, que a la ministra no habría que echarla por corrupta, “habría que echarla por boluda”, declaro exultante el súper ministro, quien también hace funcionar a su baño privado como un cajero recaudador.
La corrupción recorre al kirchnerismo (y a las amarillas asentadas en el poder) desde el norte hasta sur; ¿Será esto lo que, además de mostrarle un electorado hostil, explica el retorno del silencio oficial con respecto al lento proceso que siguen los juicios en contra de los genocidas en la Cámara de Casación? No nos olvidemos, que han pasado apenas unos días después de que, aquella memorable disparada demagógica del presidente en Tucumán, el 24 de mayo pasado, colocara a los miembros de la cámara al borde de un ataque de nervios y aquí no ha pasado nada.
La promesa de aceleración de los juicios no se cumplió, como tampoco la depuración en la justicia de los cómplices con los generales. De haberse realizado, esta
política hubiera servido darle un estatus nacional al juicio que se inicia hoy en contra del cura Von Wernich en los tribunales de La Plata y ubicaría al gobierno a la ofensiva frente a su desorientado electorado progresista; pero parece que el kirchnerismo ha renunciado definitivamente a seguir coqueteando con estos temas.
La inflación en los bolsillos
Kirchner metió el índice en el Indec y, a punta de pistola amenazó a los técnicos de este organismo, para que por decreto demostraran que la inflación no existe
más, o que en todo caso, es una sensación que no supera de ningún modo el 0, pico por ciento y con esto logró aumentar su desprestigio en proporciones descomunales.
Esta es una medida defensiva de un superávit que se disuelve mes a mes y que el gobierno se ha visto obligado a tomar, porque el índice se ha tornado insoportable ante la mínima levedad del CER. Sin embargo, ha desatado un fuerte debate, que amenaza con desnudar lo que hasta ayer aparecía como su exitosa política antiimperialista en la negociación de la deuda con los “buitres acreedores”.
El presidente, ato el precio de la deuda al precio de los alimentos, con el corazón puesto en el capitalismo nacional. La burguesía Nac & pop, después de
verse beneficiada por la pesificación de sus deudas y por la sostenida, y subsidiada, devaluación del peso; le prometió al pingüino caminar juntos por los senderos del infierno con precios controlados. Pero, bastó que el presidente anunciara la llegada al purgatorio, para que su amada burguesía nacional le soltara la mano. Ya lo había anunciado oportunamente el radical Pugliese, el
capital responde con los bolsillos y, como se sabe, estos son unos codiciosos insaciables.
La cuestión es que el debate inflacionario martiriza al kirchnerismo cada vez que el mes comienza, mientras que su guardián “Caronte” Moreno ha perdido completamente el rumbo de la nave.
Crisis energética
Al kirchnerismo, el invierno, le refleja el duro rostro de su propio otoño. La falta de gas y luz están dejando un tendal de trabajadores suspendidos y la
amenaza de incremento en las tarifas domiciliarias. Pero además, se está consumiendo una porción importante del presupuesto, en vías de subsidios a las petroleras y a las transportadoras.
La política de subsidios que el gobierno implementa para la recreación de una nueva y confiable burguesía, “superó todas las previsiones, incluida la oficial.
El rojo del sistema eléctrico, debido a los subsidios a la demanda y la generación, se comió en cuatro meses lo presupuestado para todo el año.
En el sector, calificadas fuentes confiaron un cálculo que causa escalofríos: el número final del acumulado al término de 2007 rondará los US$ 2.000 millones”; mientras que, “la Ley de Presupuesto aprobada para este año le daba a la Secretaría de Energía $ 700 millones, en calidad de “préstamo reintegrable”, para cubrir el
bache entre lo que cuesta generar la electricidad y lo que pagan los usuarios por ella.
Pero en los primeros cinco meses del año, debido al uso récord de combustibles líquidos en lugar de gas, al funcionamiento de todas las máquinas del sistema, incluyendo las más ineficientes, y las mayores importaciones de países limítrofes, el déficit del sistema trepó a más de $ 1.000 millones” (Perfil).
El paisaje electoral
El paisaje imaginado por el progresismo argentino, que descubrió la posibilidad de recrearse, luego de su fracaso con la Alianza, de la mano de una pareja de
abogados santacruceños que dedicaron su vida a expropiar a los deudores de los bancos del sur, comienza a verse atravesado ráfagas de viento polar.
Las victorias de Mauricio Macri en Capital y de Fabiana Ríos en Tierra del Fuego
se convirtieron en tempestades que desplazaron al Gobierno a un segundo plano.
Poco importa, que a horas de asumir Macri se declarara amigo de Kirchner y partidario de la mano dura entre el “progresista electorado” de la capital. Menos
importa aun, que la gobernadora electa de Tierra del Fuego explicara que su enfrentamiento con el kirchnerismo provincial no tiene una dimensión nacional. La cosa es que, los candidatos del presidente vienen perdiendo sistemáticamente elección tras elección.
Puesto a gobernar Macri no va a poder hacer uso de su formula compensadora, donde Micheti compensaba los desbordes derechistas del desbocado empresario. Puesto a
gobernar, la acción del macrismo les demostrará a los piadosos electores porteños, que en realidad los socios de los verdugos de Carlos Fuentealba se han trasladado
a su distrito, y que los negociados de estos expertos evasores impositivos se aplicaran ahora en contra de sus propiedades y sus espacios públicos.
Puesta a gobernar, la Sra. Ríos tendrá que realizar varios malabares para que el pueblo fueguino entienda que, para desprenderse de Kirchner terminó votando por
una versión deslucida del kirchnerismo.
Pero así y todo la preocupación del presidente se finca en lo que hará el propio justicialismo.
Cuando Kirchner tomo la decisión de empujar a Cristina al ruedo electoral. Tomo en cuenta que su coqueteo con los “progresistas transversales” de todos estos años no
reditúa electoralmente; para Kirchner, el progresismo que lo acompaña incondicionalmente, le ha devuelto la imagen de un grupo de fracasados, más interesados en sus propias prebendas que capaces de dotarlo de una estructura partidaria sólida que le ayude a ganar elecciones.
Pre anuncio de descomposición
Tal es la crisis que recorre al “gobierno de la hegemonía”, que el desprestigiado peronismo patotero, se animó a codiciarle el candidato a gobernador de la
provincia de Buenos Aires, con el ofrecimiento para que Scioli encabece las listas con vistas a las presidenciales de octubre por el PJ duhaldo-menemista. Cuando se critica al pingüino por revisar la historia, habría que tener en cuenta que esta revisión sólo ha servido para traer de regreso a los muertos vivos.
Cristina nace entonces como la candidata de un gobierno que preanuncia su propia descomposición. La idea de que esta candidatura es una secuencia para la implantación de una monarquía constitucional de la dinastía K, hacia el 2011 es por demás aventurada.
Cristina nace de la crisis de un gobierno que necesita profundizar políticas aun más antipopulares. Cristina, es la candidata que las privatizadas y la bolsa de valores de Nueva York ven, en medio de estas circunstancias, que sin ser “las adecuadas, son las inevitables”, para garantizarles la continuidad en la obtención de sus ganancias.