Fue un ex gobernador, con deseos de ser presidente, quien advirtió que si se opinaba sobre algo de lo que debía hacerse, era malo para los “candidatos”. Dady Brieva (cómico nacional no oficialista, que luego se llamó a silencio), fue quien opinó por TV: “habría que hacer una CONADEP del periodismo”. Le saltaron a la yugular todos los periodistas oficialistas de estos últimos años.
Hasta aquí lo de siempre de esos que viven del negocio de ‘la grieta’. Por eso llamó la atención lo de ese ex gobernador de Bs. As., actual diputado, que comenzó con Eduardo Duhalde y Carlos Menem. Las preguntas serían: ¿Hasta dónde se podrá criticar u observar sin afectar a la unidad?, ó para seguir: En nombre de esos candidatos- que deberán dar soluciones económicas urgentes- ¿cuáles serán las prioridades de tantas cuestiones para revisar y generar nuevas políticas «para volver y ser mejores»? (como dice el slogan de campaña).
En estos días llamó la atención lo que dijo Hebe de Bonafini (aunque solo se la usa en los medios oficiales, que tienen la pauta publicitaria de Nación o Provincia) y que se repite cómo técnica de adiestramiento en la opinión pública.
Se puede citar como ejemplo cuando Hebe emitió un juicio sobre los jueces (ya no los de las dictaduras); porque Hebe no solo denuncia a los periodistas y jueces de la dictadura, sino también a los que sabemos cómo actúan en determinadas causas.
Jueces y periodistas que empiezan a posicionarse de otra forma luego del 11 de agoto. Circula por allí que solo un 20% en el sistema judicial, son los jueces (mediatizados por las causas que llevan contra políticos y empresarios del gobierno anterior) los que están corrompidos.
Cuando el ex Juez Zaffaroni dijo “habrá que hacer unos parches en cuanto a las estructuras del poder judicial, en la medida que lo permita la constitución”. Los medios y los escribas adictos al gobierno, aullaban a la luz de la luna y bajo el sol de la TV e internet, destilando veneno.
Hebe tiró munición gruesa contra Juan Grabois y los dirigentes del Polo Obrero. Lo hizo sobre el primero diciendo: “no me gustan las personas que tienen clientes en vez de compañeros”. Su dura crítica era sobre el acampe, frente al Ministerio de Desarrollo Social, de las organizaciones sociales. Agregando que ve llevar a criaturas a las marchas y que la gente va por un bolso de mercadería.
Grabois antes había hablado de una reforma agraria. ¿Sobre quienes sería esa reforma agraria? ¿Sobre los que se quedaron con la tierra desde el siglo XIX (en Bs As, La Pampa y el sur)? A tanto no llegaba Grabois, y después salió a aclarar que “bajará el perfil para no perjudicar la campaña”.
Con el Polo Obrero Hebe fue directamente contra Pitrola y Del Caño (escuchado en el discurso de Hebe, los jueves en la Plaza de Mayo), pero agregó que quieren “romper todo’ y no llegar a las elecciones”.
De los periodistas de centro derecha y de los medios para los que trabajan, fue ese repetir y subrayar (especialmente en la prensa escrita) lo que nos quieren seguir acostumbrado: confundir todo. En el diario de ‘los candidatos’ del trotskismo vernáculo salieron a responderle, con que ‘no era un exabrupto’ (lo de Hebe).
Inician la nota con el respeto que tienen por una luchadora, recuerdan qué pasó luego del 2001 con el peronismo y de cómo transfirieron la deuda (con el FMI) y la devaluación. Allí ya en sus análisis macroeconómicos, no separan entre quienes intervinieron y de cómo allí surgió el kirchnerismo. Ponen todo en la misma bolsa y sienten que han ofendido a sus candidatos.
En los dramáticos días de 2001, lo que apareció (luego de los dólares incautados por los bancos a las clases medias, las condiciones que venían arrastrando desde los 90 la población en general con miles de despedidos, los muertos de diciembre), fue una clase dirigente que pactaba para sacar adelante esa gran implosión.
Duhalde pactaba con Alfonsín (así lo dice en algún programa de entrevista jactándose de gran estadista). Siempre cuenta que ‘lo fueron a buscar para que arreglara el país’. Una burda simplificación de cómo arman la rosca esta clase de políticos.
Lo que el ex senador no cuenta es todos los intentos que hace para seguir queriendo estar en el poder. Esta clase de políticos marcan una forma de hacer política en democracia. Ellos como si fueran «aristócratas o condes» son los que quieren encargarse de negociar con los empresarios, los sindicatos y todo lo exterior (empezando por los organismos financiero del Banco Mundial, FMI, Club de París, todos los buitres externos e internos). Y sólo ellos quieren decidir.
La gran crisis de 2001 ya tenía a los piqueteros cortando las rutas (en Neuquén, Salta, la provincia de Bs As). Al llegar Kirchner habló con otros dirigentes (sindicalistas no burócratas, piqueteros y organizaciones sociales), e intervino en la situación de los docentes en Entre Ríos. En estos últimos cuatro años, las Organizaciones sociales, para algunos se han ido «partidisando» y otras conservan su autodeterminación. Los noticieros de TV poco le dedican a diferenciar quienes son, cómo han nacido y para dónde van. Solo los muestran para asustar y son pocos los programas que «les dan micrófono» (como se dice en la jerga).
Es decir se muestran imágenes al tipo medio de Capital o del interior y abajo los zócalos advirtiendo que cortan la 9 de Julio y que van a despejar el Metrobús. ¿Por qué desde que han sido visibilizadas las Organizaciones barriales/ sociales, no se ha podido eliminar la pobreza? ¿La gente comprende qué es la pobreza estructural, y cómo ó por qué han aparecido los nuevos pobres?, ó simplemente que miles de argentinos pasan hambre y frío.
Así están hoy las Organizaciones Sociales, siempre politizadas (para que no se confunda el término). Así han crecido y eso molesta al poder de turno. Por eso verlos marchar organizados, en paz (sin que aparezcan grupos de «los servicios» infiltrados para hacer desmanes), y sin que ‘la sangre la pongan lo pobres’, ¿Es esto lo que molesta a los dirigentes actuales y a los que vendrán?
El turco Jorge Asís (ex embajador en Francia en la época de Menem, ex periodista de Clarín, twittero compulsivo) escribió en su cuenta que ‘el peronismo no maneja más la calle’. No es así, se equivoca (como cuando vaticinaba que ganaba Scioli). El peronismo siempre ha sido un frente amplio, pero deberá cuidarse de los «políticos con carnet» que se vienen en esta nueva fase.
Mientras tanto nos entretienen con dosis de “exitismo”: el regreso de Maradona como director de Gimnasia, la selección de básquet, o el presidente sentado en primera fila junto a Uturbey en la Fiesta del Milagro de Salta, escuchando de qué se trata la pobreza. Una pobreza “buena y mansa”, que la Iglesia hace cinco siglos, ha sabido traer y mantener desde la conquista española.
Lic.Carlos Liendro.
pulsacion21@gmail.com
(El artículo integrará el ensayo: “La lucha de clases en el peronismo”)