La ex detenida política Pía Asunción Viltes sostuvo que en 1976, durante la última dictadura cívico militar, al menos dos personas presenciaron el momento en que desde un helicóptero arrojaron a personas vivas, con los pies amarrados a bloques, en el Dique Cabra Corral.
Viltes contó que por “un muchacho” supo que un pescador de apellido Avilés, con familiares en la zona de Chicoana, contaba “que estaba pescando (junto a otra persona) en el 76, durante el golpe militar, estaba cerca de donde es ahora el puente, el puente que ha hecho Romero, del ACA que le dicen. Dice que ellos estaban con un farolito ahí pescando (…), que sintieron un ruido tremendo, entonces vieron un helicóptero con personas, eran los alaridos de la gente, (personas) atadas con bloque (…) y que las tiraban; cuando ellos (los pescadores) han sentido un ruido espantoso han mirado y era la gente que la tiraban ahí, vivos, ahí en el Dique Cabra Corral”.
Viltes declaró el martes último en el juicio por delitos de lesa humanidad que se está llevando a cabo ante el Tribunal Oral en lo Federal Criminal de Salta. Cuando concluyó su testimonio, todavía nerviosa, le dijo a Radio Nacional Salta que quería contar en la audiencia sobre estos hechos, pero no encontró la oportunidad para expresarlo. “Yo digo que ahí en el Dique Cabra Corral debe haber muchísimos compañeros”, afirmó.
Según el relato que le llegó, esto ocurrió en horas de la noche. La persona que le hizo llegar el testimonio le advirtió que Avilés no quería declarar, y tampoco el intermediario. “Nadie quiere declarar”, se lamentó Viltes. Añadió que por otros pescadores supo que en la compuerta del Dique a veces sacan huesos humanos, pero los vuelven a arrojar al agua. “Digo que por favor la próxima vez, a cualquier pescador que saque algo, que por favor, yo los necesito porque ando buscando a mi compañero”, pidió.
Cuando se cometió el golpe, Viltes estaba en pareja con el sindicalista Raúl Benjamín Osores, que fue detenido en abril de 1976 y permanece desaparecido. Viltes, fue detenida el mismo día del golpe, 24 de marzo de 1976, y cuando recuperó la libertad, tres años después, comenzó la búsqueda de su compañero. Por mucho tiempo lo esperó, “porque como era juguetón él, así, una persona muy alegre, yo pensaba que me iba a aparecer de cualquier lado”. Pero años después tuvo un sueño que la convenció de su muerte y de que sus restos están en el Dique Cabra Corral: vio a su compañero, fumando, nervioso, caminando por la zona el camping El Préstamo, flanqueado por dos personas. En su percepción no caben dudas de que lo arrojaron en ese lugar.
Viltes viene insistiendo en que además de continuar con el juzgamiento de los acusados por delitos de lesa humanidad, la Justicia debe abocarse a tratar de encontrar a los desaparecidos que aún permanecen en esa condición para poder darles una sepultura.
- Informe Elena Corvalán