«Cuando las leyes se apartan mucho de la cultura de los pueblos se dificulta su cumplimiento, existe un voluntarismo en las leyes en el que se hace referencia al deseo de que se cumplan para evitar ciertas situaciones».
«Si se habla de la prostitución y de la trata de personas, ese esfuerzo es mayor porque existe un consumo de prostitución en la cultura masculina, por lo que se obliga en una primera medida al cambio de esa tradición», dijo a Nuevo Diario Maffia.
La doctora en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires, Diana Maffía, vino a Salta invitada por a Escuela de la Magistratura, para dictar una charla abierta al público sobre el tema “Rubro 59. Neuromarketing y criminalidad. ¿Qué compra quien compra prostitución?”.
En una charla con Maffia señaló que en relación al decreto presidencial 936 que prohíbe los avisos clasificados de oferta sexual, las medidas deben adoptarse no con la prohibición si con un trabajo organizado a través de varios ámbitos.
Al respecto dijo que hay corporaciones organizadas que protegen actividades delictivas como la prostitución y la trata de personas, desde los ámbitos, legislativos, ejecutivo, judicial, fuerzas de seguridad, profesionales como contadores o abogados.
«Sí, creo que toda esa maraña obligará a un cambio político que seguramente será lento», dijo.
En este sentido hizo un apartado para con los medios de comunicación que verán disminuidos sus ingresos económicos, ya que los avisos que degradan a las mujeres, en los chat telefónicos, whiskerias o cualquier tipo de encuentro, producen grandes intereses, por lo que se deberá analizar si no son parte de la cadena que lucha con la prostitución ajena.
Uno de los obstáculos para que se advierta esa cadena de responsabilidades, está dado para Maffia, en la vanalización del problema con la que la idea, que las mujeres están allí voluntariamente, o porque se da un servicio a cambio de un pago.
«Esas cosas evitan que se vea el sometimiento absoluto que existe y el daño que significa tener una disponibilidad absoluta o una práctica sexual que no sea la que satisface a ambos participantes», agregó.
Al existir ese pago se le resta «lo malo» de la actividad y el problema de la prostitución, la explotación sexual o la pornografía, va más allá de lo sexual, ya que está relacionado con la transformación en una «cosa» en un objeto a seres humanos. Esto debe estar correspondido con una valoración de los seres humanos y no con un puritanismo.
Maffia rescató la buena intención de la prohibición del rubro con el decreto presidencial, aunque mostró que debe existir un compromiso mayor para generalizar el debate, en el que el control social no debe estar ausente.
Hizo referencia a que se prohibió el aviso sin investigar a las denuncias que en muchos casos existen sobre funcionamiento de distintas actividades encubiertas, relacionadas con la prostitución, bajo otros nombres. «En ese contexto dijo que programas como los de Tinelli no deberían existir», concluyó.
- Fuente Nuevo Diario de Salta