Martín Grande y Javier Matus, dos de los enriquecidos publicistas por los favores políticos de la década romerista se desconocieron y se enredaron en una batalla mediática radial. Salta Libre explica el origen y desarrollo de la pelea que en este caso generó acusaciones mutuas por sus radios FM Cielo y la Radio de Martín Grande. De ambos lados se acusaron de todo. Es decir, se dijeron nada más que verdades.
Esta vez la lucha Matus Vs. Grande ya no es sólo por la torta publicitaria del gobierno, sino el poder que otorga poseer un canal de aire como otro codiciado trofeo mediático.
El trasfondo de esta disputa por otro negocio televisivo ajeno al periodismo que se arrogan. La pelea verdadera es por un poder mediática más grande. Por poseer un canal de aire. En este tapede el Gobierno de Juan Manuel Urtubey solo parece estar ausente.
La mesa está servida para cualquiera. Este apetitoso negocio se asienta sobre cuatro patas. Los comensales son Javier Matus, Martín Grande, Mario Peña de FM Aries (91.1) y obviamente de Tito Romero de Diario El Tribuno. Todos conformaron una elite de prensa oficialista en los que Juan Carlos Romero apoyó su estrategia de una prensa adicta durante sus doce años de gobierno empresarial, agravado por su accionar represivo, autoritario, de condena y hotigación judicial a la prensa libre.
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El canal de Matus
El caso fue que Javier Matus, siempre con la ayuda de amigos políticos romeristas que ahora también están en este gobierno de Urtubey, tomó la primera gran porción de forma imprevista para el resto de los aspirantes y puso al aire de forma clandestina el Canal 9, donde figura como propietaria su esposa.
El hecho es que todo derivó en un reciente duelo radial donde el botín ya no fue sólo el reparto la torta publicitaria Urtubeycista, sino que en un show de réplicas mutuas por la titularidades de sus radios FM Cielo (92.1) y La Radio de Martín Grande (89.9).
Lo curioso fue que las acusaciones que en otros personajes podrían tomarse como insultos, entre Grande y Matus, no fueron otra cosas que verdades dichas en público, condimentado con amenazas de poner a trabajar a sus abogados si sus dichos pasaban a mayores.
Romero esta el aire
Lo que se ve en realidad es un intento de poner un freno a una posible andanada de “otras verdades” que sacarían más trapitos sucios al Sol. Todos en el medio periodísticos saben que los publicistas contrincantes fueron siempre favorecidos y enriquecidos por los negocios publicitarios con el gobierno de Juan Carlos Romero, en lo que fue la década más corrupta en la historia de Salta.
Por sus respectivas radios los empresarios de medios periodísticos fachada de un negocio publicitario político se dijeron de todo. Matus le dijo “hipócrita, mentiroso, difamador, ridículo, envidioso y “vedette” y Martín Grande “estafador, condenado por la Justicia por estafas reiteradas”. Hasta aquí creo que nadie que los conozca podría desmentirlos o decir que se insultaron.
En el medio de sus diatribas lo que en verdad hicieron, fue blanquear su situación ante la comunidad, entre sus oyentes y con la DGI, con la DGR y con el COMFER.
¿La 89.9 de quien es?”
“Martín Grande es un hipócrita, Un mentiroso y un cobarde”, dijo Matus en su radio a finales de setiembre, en respuesta a sus criticas por el Canal 9 que fue considerado clandestino.
“Es un hipócrita por que “fue echado del único canal de aire que tuvo Salta por 45 años y ahora debería ser el primero en defender las nuevas opciones televisivas”. “Es un mentiroso porque tiene una radio “trucha” que está al aire gracias a un amparo que le otorgó la Justicia Federal ”, remarcó.
“¿Cómo puede criticar al amparo que tiene Canal 9 cuando su radio está al aire por el mismo mecanismo?”. Matus tildó de cobarde a Grande ya que “desde hace cuatro meses que quiero hablar públicamente con él, pero él no quiere acceder”.
Como réplica a sus acusaciones Javier Matus leyó al aire antecedentes penales de Martín Grande, afirmando que tuvo causas por “tentativa de extorsión, violación de domicilio e instigación a cometer delitos”. En esa ocasión lanzó su primer desafío a Grande: “Cuando quieras hablar conmigo al aire, te voy a estar esperando”.