“No tengo nada que declarar sobre hechos que no tengo la menor idea”, insistió ayer el represor Carlos Alberto Mulhall ante la consulta del juez Federico Díaz acerca de si iba a decir algo sobre las acusaciones por las que comenzó a ser juzgado ante el Tribunal Oral Federal de Salta.
Junto a otros cinco hombres, Mulhall comenzó a ser juzgado por delitos de lesa humanidad cometidos en la jurisdicción de Metán, en perjuicio de 12 personas. Los otros acusados son el ex jefe de la Policía de Salta, Miguel Raúl Gentil y los policías retirados Andrés del Valle Soraire, Eduardo del Carmen del Valle, Rafael Rolando Perelló y Marcos Honorio Medina. Todos actuaban en la zona de Metán en la época de la dictadura. Ayer ninguno quiso hablar.
Aunque los dos únicos sobrevivientes de esos hechos, Carlos Lucas Toledo y Esmeralda Ramona Guerrero, se habían propuesto seguir las alternativas de la primera audiencia, solo el primero pudo hacerlo: a Esmeralda la emoción la venció cuando el presidente del Tribunal comenzó a mencionar a los acusados anteponiendo la palabra “señor”.
“No son señores, no son señores”, empezó a repetir Esmeralda; el llanto, que al principio era silencioso, le impidió seguir en la sala.
En diciembre de 1976, cuando tenía 15 años y había ido a visitar a familiares en Metán, Esmeralda fue secuestrada por un grupo de policías. Fue sometida a torturas y violaciones reiteradas hasta 1977, cuando recuperó su libertad luego de ser vendida a vecino de la zona.
Por estos hechos están acusados Soraire (el mismo que fuera juzgado y absuelto por el beneficio de la duda por el secuestro y desaparición del ex gobernador Miguel Ragone) y Del Valle, que era director de Tránsito de la Municipalidad de Metán. Esmeralda es querellante en este proceso, representada por el abogado Oscar Pedro Guillén, e impulsa también una acción civil contra el Estado Nacional y el Estado Provincial, porque no recibió las indemnizaciones previstas por ley para las víctimas del terrorismo de Estado.
La primera audiencia comenzó mucho más tarde de lo previsto debido a que hubo dificultades para el traslado de Gentil desde la cárcel de Marcos Paz al Hospital Penitenciario de Ezeiza (donde está alojado Mulhall), desde donde se estableció una comunicación por videoconferencia con el TOF Salta. Al final, Díaz obtuvo el acuerdo de las partes para iniciar la audiencia sin Gentil.
Tras la lectura de la requisitoria de los fiscales Francisco Snopek y Juan Manuel Sivila, de la identificación de los acusados y de la negativa a declarar, el debate pasó a un cuarto intermedio hasta el 7 de abril, cuando comenzarán los testimonios, sobre el asesinato de Ángel Federico Toledo y la tentativa de homicidio de su hermano, Carlos Lucas.
En total se han previsto casi cien testigos, repartidos en los cuatro expedientes que se tratarán en este proceso.
- Informe: Elena Corvalán