Llegué a la conclusión que la mayoría de los estudiantes de periodismo de las dos universidades locales fomentan el trabajo precarizado. Hay medios radiales y páginas Web “periodísticas” que se abren en Salta y la mayoría son anónimas porque no tienen dirección, teléfonos, ni responsables visibles al público. Es decir, van a contramano de lo que exige la nueva Ley de Medios. Pero a los incipientes comunicadores, poco parece importarles este detalle. No les interesa saber para quienes trabajan ni a qué intereses están sirviendo.
Un medio periodístico, radio o pagina Web, tiene la obligación legal, ética y moral de poner un responsable visible al público. Un contacto, teléfono, dirección, mail, oficinas. Debe figurar el nombre del editor o director responsable. Hay nuevos medios radiales y páginas Web que son totalmente anónimas. Nadie sabe quien los banca. Incluso pueden ser empresas que defienden intereses económicos espurios o que responden a grandes grupos económicos que van en contra del propio pueblo.
Un oyente o un lector tienen que saber desde que sector se opina. La mayoría de los nuevos medios llamados de comunicación, no tiene dirección, ni teléfono, ni mail incluso para poder reclamar o pedir derecho a réplica. Todos saben que no es correcto emitir informaciones y/o opiniones desde la clandestinidad. Es totalmente irresponsable.
Bienvenida la pluralidad en las comunicaciones gracias a la nueva Ley de Medios Audiovisuales. No así en el caos, el anonimato. Periodismo precario igual a sociedad desinformada. Un nuevo medio que se abre es siempre para celebrar. No así un medio “trucho”, anónimo, porque de alguna manera, estos son lo que también generan trabajo precarizado y atentan con el periodismo profesional.
¿Acaso en la universidad no se enseña sobre la responsabilidad de los medios? Estoy convenido que esa responsabilidad empieza desde el momento que un estudiante o periodista elige el medio donde trabajar, aunque sea como un pasante. Para no fomentar el trabajo informal, ni el bastardeo de la profesión, a todos nos corresponde saber para quien o quienes trabajamos. Muchos pueden ser explotadores, esclavistas, aprovechadores que quieren estafar o lucrar con el trabajo ajeno. Y a ellos les sirve la situación “en negro” y la precariedad laboral. Eso pasa siempre en todos los ámbitos.
Jóvenes (y no tan jóvenes pero principiantes) aseguran que sueñan con algún día se respete la carrera periodística por la cual se sacrificó estudiando, se dejó de hacer muchas cosas para luchar por un titulo. Entonces no se entiende el desinterés profesional al momento de elegir el medio en el cual trabajar o practicar.
Actualmente en el mercado se encuentra una abundancia de oferta de supuestos “periodistas” en los medios. Eso no es competencia ni calidad. Es solo eso “oferta abundante”, que es aprovechada por estos medios “truchos”. No les importa si esa oferta tiene una preparación mínima o son “cuasi” profesionales.
Del otro lado, se entiende que está la desesperación por trabajar. Pero el periodismo no es tan solo un empleo. Es mucho más que eso. Sin embargo, veo que a muchos tampoco les importa si el medio está legalizado y si el público oyente o lector, puede saber o ver, mínimamente quien es el director responsable detrás del proyecto periodistico.
Un periodista que quiere trabajar en un medio; tanto como un lector u oyente avezado, deben tener a manos estas herramientas: Quien el dueño, desde dónde opina, a que sector responde, cuál es su línea editorial y quién lo sustenta económicamente.
De acuerdo con lo que exige la nueva Ley de Medios, los canales abiertos de de televisión y radios nacionales ya difunden o muestran en pantalla, el grupo o empresa dueña del medio, el responsable, la provincia desde donde emite y dirección detallada de la ubicación del medio.
La diversidad, pluralidad o libertad de prensa y expresión en los medios de comunicaciones, no sinónimo para que impere la ley de la selva o la irresponsabilidad.
- José Acho
Periodista