Una mala para los policías retirados acusados por no reprimir el secuestro del ex gobernador Miguel Ragone: desde la casa de quien por entonces era jefe de la Policía Miguel Raúl Gentil, donde el 11 de marzo de 1976 montaban guardia, a unos 150 metros del lugar del hecho, los ruidos de las frenadas de los automóviles y los disparos se escucharon con claridad meridiana.
Aunque serán los peritos de Gendarmería Nacional los que brindarán el informe técnico al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Salta, el volumen de los distintos sonidos quedó suficientemente claro el lunes 27 de junio, durante el peritaje de sonido llevado a cabo en el lugar en el que Ragone fue secuestrado el 11 de marzo de 1976, a las 8 de la mañana aproximadamente: la calle Del Milagro al 160, entre San Lorenzo y Apolinario Saravia.
A pesar de que la prueba se llevó a cabo un poco después de la hora en que Ragone fue secuestrado, y de que en 35 años hubo cambios que generaron más ruidos (mayor población en la ciudad y mayor tránsito por la calle Del Milagro), quedó claro el lunes que, la mañanita del 8 de marzo de 1976 los vecinos de la zona del monumento a Güemes debieron de escuchar los disparos al menos. Esto constituye una mala noticia para los suboficiales retirados de la Policía de Salta Pedro Javier Herrera y Rubén Nelson Herrera, quienes aseguran no haber escuchado nada desde su lugar de guardia, a cuadra y media del lugar del hecho, sobre la misma calle Del Milagro.
Los gendarmes peritos realizaron los disparos en el punto en el que se concretó el secuestro: a mitad de la calle, frente a la casa del médico Jorge Albrecht y de donde estaba la empresa Betella Hermanos. Allí se hicieron pruebas con tres armas distintas: dos pistolas de 9 y 11,5 milímetros y una arma larga de repetición similar a la que uno de los secuestradores portaba, según los testimonios de Sandra Siegrist y Margarita Martínez de Leal, que fue baleada en su brazo derecho por el portador de este arma. Los primeros disparos se hicieron a las 8,30.
Luego, cuando faltaban minutos para las 9, se hizo una prueba de sonido de los vehículos del tipo de los que utilizaron los protagonistas de este hecho: el Peugeot de Ragone, y los automóviles de los secuestradores, un Chevrolet y un Ford Fairlane. En este
Los jueces Luis Giménez y José Quiroga (cuarto juez), el fiscal Horacio Azzolín, los querellantes, las representantes de la acción civil y los defensores se apostaron en la casa de Gentil. También estuvieron allí los familiares del ex primer mandatario, Fernando Pequeño y Clotilde Ragone. Desde ahí escucharon con claridad no solo los disparos, sino que también pudieron comprobar que el movimiento de los automóviles y de las personas era claramente visible desde ese punto, y con mayor razón aún el almacén del asesinado Santiago Arredes, media cuadra más cerca de la casa del ahora ex jefe de Policía, uno de los siete represores que está siendo juzgado en este proceso.
Tras esta prueba el juez Giménez, la secretaria Denise Blajean, los abogados y los peritos partieron hacia las cercanías del viejo matadero municipal de Cerrillos, donde los secuestradores abandonaron el automóvil de Ragone. Se cronometró el tiempo y la distancia hasta ese punto.
El juicio continuará el martes 28 de junio, con la exhumación de los restos de Arredes, en el Cementerio de la Santa Cruz. Se ha previsto que esto se lleve a cabo a las 10. El cuerpo será llevado a la morgue del Hospital San Bernardo, donde será analizado por peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). El miércoles se retomarán las testimoniales.
- Elena Corvalán
Periodista