La localidad de Cerrillos ya es dueña de una estadística poco común de ataques, tiros y atentados furtivos al periodismo. Por suerte hasta ahora no se lamentan víctimas. Hay sospechas, pero nadie sabe de donde vienen los ataques. No hay rastros ni detenidos. Para esa pequeña ciudad sin ley o el “viejo Oeste” salteño, ya no es suficiente decir que se “lamentan estos hechos” o que “preocupan” para llamar la atención a las autoridades. Estos atentados sencillamente no se pueden tolerar más, son condenables e inadmisibles en un contexto democrático.
Hace poco que Cerrillos nos despertó a todos con explosiones, bombas y ahora tiros por las calles. Hasta ahora nadie murió, por suerte. Los ataques no pasaron de los típicos amedrentamientos de matones a sueldo, de rufianes sin escrúpulos, de punteros políticos repudia o delincuentes. Eso lo dirá la Justicia si la Policía pone alguna dedicación en la investigación de los dos atentados contra el mismo periodista o medio de comunicación.
El tono de los calificativos, de los llamados, los repudios y las acciones deben ser más contundentes. Aquí los responsables de encontrar a los autores son el Ministro de Gobierno Justicia y Derechos Humanos Pablo Kosiner y la Policía Cerrillana. En cuanto al Intendente Rubén Corimayo atina solo a deslindar responsabilidades en los medios periodísticos, pero no parece inquietarle para nada lo que está pasando en su pueblo y, especialmente con el periodista Carlos Villanueva. (Ver: Periodismo bajo fuego en Cerrillos)
Duro de morir
Y aquí estamos en Salta, todos expectantes. Hubo un segundo grave atentado al estilo comando, típico de las viejas épocas que vivió la Argentina, y parece que estamos esperando a ver si muere o no un periodista en Salta para que las autoridades policiales o del Ministerio de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, hagan algo que vaya más allá del hecho declamativo y de apoyo que se publica en los medios de comunicación.
Este nuevo atentado contra el periodista Villanueva es una señal más de alerta que algo está pasando la localidad Cerrillana. La vivienda del periodista, fue blanco de disparos. Tres balazos que impactaron contra la fachada el viernes 26 de noviembre. Es el segundo episodio de violencia intimidatoria al mismo comunicador. Su casa y su vehículo fueron incendiados hace pocos meses. Y la Policía nada sabe aun de los autores de ambos atentados.
Repudio de APeS
La Asociación de Periodistas de Salta (APeS) atenta a los sucesos y a los ataques contra la libertad de prensa y la libertad de expresión repudió este nuevo atentado perpetrado contra FM Cerrillos, de San José de Cerrillos y lamentó que hechos de esta naturaleza ocurran en la provincia.
Su llamado es insistente por el respeto al disenso e instó a las autoridades a que no cesen las investigaciones hasta dar con los responsables de este atentado que busca cercenar la libertad de expresión y el derecho a acceder a información que asiste a todas las personas.
Carlos Villanueva ahora teme por la vida de sus hijos y de su esposa. Y teme por la deficiente diligencia policial. Según su versión, una empleada había advertido la presencia en el lugar de un merodeador encapuchado. El periodista dijo a la prensa que llamó a la Policía, pero el comisario cerrillano se presentó en una motocicleta. “De esa manera mal se podría haber hecho un operativo cerrojo”, dijo Villanueva.
Pueblo chico, infierno grande. Todos se conocen en Cerrillos. Y las sospechas no eximen el Intendente de Cerrillos, Rubén Comimayo, con quien Villanueva mantiene un viejo enfrentamiento. (Ver: Corimayo: “Son hechos aislados…”)
Nuevo atentado, los hechos
El hecho ocurrió alrededor de las 9.25 del 26 de noviembre de 2010, cuando personas desconocidas realizaron tres disparos contra el portón de la vivienda del propietario de la radio 90.9 FM Cerrillos, Carlos Villanueva. En ese mismo lugar está instalada la emisora.
Según relataron los propietarios de la radio, uno de los disparos atravesó la ventana del estudio donde la esposa de Villanueva, Luisa Tilca, estaba realizando un programa musical en el que no se emiten comentarios sobre la actualidad. “El disparo pasó 70 centímetros por encima de la cabeza de mi mujer”, sostuvo Villanueva en una comunicación con la Asociación de Periodistas de Salta.
Cuando se produjeron los disparos dos hijos de Villanueva, de 17 y 18 años, estaban descansando en la casa, pero no resultaron afectados. Villanueva, quien manifestó que por el momento no sabe quiénes podrían ser los autores del atentado, hizo la denuncia en la Comisaría Nº 13, de San José de Cerrillos.
¿La Policía investiga?
Consultado por APeS, el coordinador de Prensa, Juan Pablo Rodríguez, informó que el ministro de Gobierno, Seguridad y Derechos Humanos, Pablo Kosiner, se comunicó personalmente con Villanueva y que dio instrucciones para que se le brinde seguridad y se investigue el hecho. El Gobierno difundió un comunicado en el que informó que se tomaron medidas para garantizar la seguridad del periodista y su familia, que cuenta con custodia policial.
Este nuevo atentado contra la emisora de propiedad de Villanueva se suma a otro ataque incendiario perpetrado contra la vivienda y la radio el 24 de agosto pasado, en el que un hijo del propietario, Lucas Villanueva, resultó con quemaduras de consideración y fue quemado un vehículo nuevo.