Unas 40 familias de artesanos ocupan este espacio desde hace más o menos 15 años como parte de un proyecto laboral del recordado Padre Chifri para evitar el desarraigo de lugareños que bajan de los cerros de la Quebrada del Toro.
Tras los reclamos, Salta Libre pudo averiguar qué ayer una comitiva enviada por el arzobispo se llegó hasta Alfarcito para apaciguar las aguas y descartar al menos por el momento, las versiones sobre un desalojo.
Con este afán dos abogados del Arzobispo y la directora ejecutiva del Centro Eclesial Hilda García, convocaron a una reunión con los artesanos donde a la vez de explicarles los temas de su preocupación, no fueron contundentes sobre la finalidad de ese espacio clave para de venta y exposición de su producción artesanal.
La comitiva que representa los intereses del arzobispado les dijo que tienen como misión de hacer al menos tres reuniones por temas relativos a la intervención y les aseguraron la continuidad del proyecto los próximos tres meses.
“Nos quedamos tranquilos, tenemos esperanzas de que sobre ese espacio no se toca nada y nosotros podemos seguir trabajando”, dijo a este medio una de las referentes del centro de artesanos de Alfarcito a la vez que confirmó para el 18 de enero del 2025 la segunda reunión.
En ese encuentro los artesanos contaron que expusieron todos sus temores y proyectos. Escucharon sus planteos y preocupaciones. Al final se firmó un acta en la que quedó plasmado los temas abordados y volvió la tranquilidad en el grupo.
Entre los artesanos se comentó también la duda sobre si el Arzobispado quiere que siga funcionando la Fundación Alfarcito. Por su parte, les quedó claro que en los próximos meses tendrán que asesorarse para defender su espacio y los derechos adquiridos a través de 15 años.
Todo comenzó la semana pasada cuando les llegó una nota del Arzobispado donde les informaban que van a intervenir el centro de venta. Ahí fue cuando surgió su preocupación y descontento que hicieron conocer a través de medios periodísticos.
El terreno donde se encuentra el parador, el colegio y el Centro de Artesanos del Alfarcito fue donado por la familia Bautista al Arzobispado con el objetivo de promover el desarrollo comunitario.
Todo este proyecto surgió por gestión del Padre Chifri. “El colegio es para los chicos, el centro de artesanía para los padres y el parador para la producción agrícola y ganadera”, recordaron los artesanos.