Nacerán mil árboles de tu cuerpo
desnudo liberado de la urdimbre densa de los medios
volará más hondo
a la unidad
“en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes” (Martí)
como umbral que encarna un rostro
el lugar donde no se vuelve atrás
los pies del Sur anoche en Venezuela
estaban descalzos, sintieron barro fresco
ningún Hombre Nuevo se muere
en la América Profunda
ofrendados al amor desde antes de nacer
se multiplican más que peces y panes y flores de lapacho
mucho más que la soja transgénica
miles de veces más que el rumor
y acortan distancias
cuando mudan la piel solar para adentrarse
con la sombra del continente bajo la piel
libera un río de luz
cuando nace el viaje por la geografía entrañable
anoche, en Venezuela
en cuerpo continental, con vestido de duelo verde
en un mar de pañuelos rojos y azules y blancos
con el dolor limpio
un canto de pájaro en la noche estremeció los vientres
y parió un pueblo nuevo, cada rostro único
entrañable para sí, en trama nueva
donde las manos empiezan a ver:
alumbran el genocidio lento de nuestros pueblos por los herbicidas
revelan las cárceles de la violencia endémica
desatan las cuerdas silenciosas del suicidio adolescente
sienten las heridas de la Madre Tierra
palpan la trama oscura del poder
manos que siembran luz y sombra
manos que son montañas
y amanece
- Verónica Ardanaz
Valle Hermoso, Salta, 6 de marzo de 2013.
integrante de la Red de Hermanamiento de Trabajadores de la Cultura, SURcimientos.