En caso de aprobarse la Ley de Bases entraría en vigencia el RIGI (“Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones”) un código de las prebendas al capital concentrado que transformaría a la Argentina en un paraíso o guarida fiscal.
Algunos analistas mencionan que Milei no tiene un plan económico. Nosotros creemos que ese plan sí existe. Que no lo haya escrito él o que no sea socialmente sustentable es otra cosa. Pero que hay plan, lo hay. Junto con el DNU 70/2023, la pieza normativa que mejor refleja ese plan es el collage corporativo denominado “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”. Y dentro de él, el RIGI. Un acrónimo que refiere melifluamente al “Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones”. Cuando nos introducimos en el pasmoso articulado del RIGI, sentimos que sería mejor llamarlo “Rapiña Impune para Ganancias Ilegales”. O “Radicación Ilegítima de Guarida Impositiva”, que es en lo que se transformaría la Argentina en caso de que se implemente este engendro, diadema del anarco-capitalismo.
Parte de la prensa que (aún hoy y a pesar de todo) honra su oficio ha probado que la ley Bases fue escrita extra muros de la Casa Rosada, Olivos y del Congreso. Empero, los estudios jurídicos y consultoras privadas que tipearon el proyecto son solo amanuenses del “bloque histórico” que sustenta el poder del Presidente libertario. Poder real, que nada tiene que ver con la legitimidad electoral que le dio esa definición “por penales” que fue el balotaje. Solo la necedad de la LLA puede fanfarronear con el número de votos obtenidos. Como si Estudiantes pretendiese que salió campeón por goleada.
Horacio Rovelli ha caracterizado al “bloque histórico” donde se apoya Milei, bloque que inspira a los hagiógrafos que, con mala técnica legal, tratan de convertir sus deseos en normas. Se trata de una triada de poder fáctico integrada por:
- Grandes fondos de inversión, o en inglés Asset Management Company, (AMC) como Black Rock, Templeton, Vanguard, Fidelity, Pimco, etc.
- Grandes empresas locales nucleadas en la Asociación Empresarial Argentina (AEA) como Techint, Mercado Libre, Pan American Group, Pérez Companc, Clarín, Arcor, Roggio, Coto, etc.
- Grandes agro-exportadores, organizados en la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) como ADM, Bunge, Cargill, Dreyfus, Cofco, etc.
Estos tres grupos funcionan como vasos comunicantes donde se homogeneizan sus intereses. Por ejemplo, Pérez Companc (AEA) es dueña de Molinos Agro (CIARA-CEC). Black Rock (AMC) es accionista de varias firmas como Bunge (CIARA-CEC) o Mercado Libre (AEA). Asimismo, sus conductores (sean dueños o gerentes) conforman una elite altamente ideologizada en el unidimensional dogmatismo del neoliberalismo tardo-capitalista. No obstante, la tríada también evidencia sus contradicciones.
Los Fondos de Inversión (AMC), prestamistas del Estado, pujan por mantener fijo el tipo de cambio para comprar dólares baratos, y así fugar las ganancias en pesos que están obteniendo con las altas tasas de los bonos del Estado en pesos (carry trade). En tanto que las Cámaras Aceiteras y Cerealeras (CIARA-CEC) promueven una devaluación para licuar sus costos en pesos en la Argentina y maximizar el rendimiento de sus exportaciones, que cobran en dólares. Hacia adentro de cada vector, también se cuecen habas. En la AEA, la caída del consumo golpea a Arcor. La paralización de la obra pública perjudica a Roggio. Estas tienen una interna con Techint, ya que la obra pública se frenó para todos… menos para Techint, que continúa con la reversión del gasoducto norte. Además de que Tecpetrol, subsidiaria de la ítalo-luxemburguesa, espera grandes beneficios con la liberalización del mercado exportador de hidrocarburos.
De estos tormentosos y cruzados intereses, se ha parido el RIGI. Para maquillar la malignidad de la criatura se proclama que, cuando crezca, atraerá inversiones.
Nota completa en: El Cohete a la Luna