Los radicales estamos por estos tiempos bastante convulsionados por “la cuestión Cobos…”. Aquel Julio Cleto de quién “¿qué podía esperarse en política si se llama Cleto?…” al decir de un radical que alguna vez fue uno de los “coroneles” que pasaron a retiro sin haber llegado nunca al generalato… Aquel Julio Cleto, decíamos, se transformó en una dura cuestión que cada vez genera más revuelo entre los radicales.
Por supuesto, el revuelo solamente se ha generado entre los radicales. Dentro del “cobismo” las cosas no pueden ser más claras y don Julio Cleto sigue llevando agua para su molino y construyendo su propio espacio político, fiel a los tiempos postmodernos, pletóricos de “colectoras”, “transversalidades” y toda otra cosa que esté bien lejos de la “organicidad”, “disciplina partidaria”, “principios” y cualquier cosa que recuerde a los “viejos tiempos” de los grandes y orgánicos partidos políticos.
¿Pero, no es cierto acaso que Cobos posee un 70% de adhesión popular?. Por supuesto que sí. Pero, como se sostenía en el párrafo anterior, ese 70% es personal y ¡vaya si don Julio Cleto lo sabe y lo aprovecha para su propia construcción!…
Claramente, que Cobos tenga esa popularidad y que haya sido radical no significa que la UCR deba salir detrás de él como se persigue a una mariposa porque haya mutado su apariencia. ¿A dónde quedaría toda la construcción que pacientemente viene realizando la UCR con sus bases profundamente comprometidas con los principios de ética y república que han caracterizado siempre a la UCR?. ¿Qué le decimos a los simpatizantes que de a poco van observando expectantes a la UCR como una alternativa?. ¿Les diremos que encontramos un salvavidas para simplificarnos la cosa y “hacer la fácil”?.
Por otra parte, es claro que la conducta es una suma de actos. No vale solamente un único acto “bueno” sino un conjunto de actos cuyo promedio sea satisfactorio. En otras palabras, don Julio Cleto dejó la UCR, si no en las formas, ya que nunca se desafilió, sí en los contenidos, al apostar por un proyecto centralista y antidemocrático como el de los K que está en las antípodas de lo que propone la UCR, para no hablar que su presencia como Vice-Presidente supone avalar todas las denuncias de corrupción de la anterior y la actual gestión de los K.
¿Significa esto que don Julio Cleto no fue sincero con su voto?. Seguramente, sí lo fue; no hay por qué pensar que fue un acto de especulación. Pero debe ser claro que, como sosteníamos recién, un solo acto no puede cambiar toda una historia. Hacen falta más y, por supuesto, don Julio Cleto tiene todo el derecho de cambiar su comportamiento añadiendo más actos éticos y republicanos; los radicales estaremos muy complacidos y si don Julio Cleto quiere “volver”, seguramente también nos sentiremos muy complacidos… por supuesto, cuando ya no sea el Vice-Presidente de este gobierno que de republicano, federal, y sobre todo, de radical, no tiene nada, ¿no?…
.*Euardo Antonelli (economista, UCR Salta)