El Tribunal Oral Federal de Salta condenó el lunes 29 de junio a prisión perpetua a los ex jefes policiales Miguel Raúl Gentil, Virtom Modesto Mendíaz y Joaquín Guil, por homicidios agravados reiterados, privaciones ilegítimas de la libertad e imposición de tormentos reiterados cometidos en la provincia entre marzo de 1975 y septiembre de 1976 en el marco del plan sistemático de eliminación de personas que ideó la Junta Militar que asumió el poder el 24 de marzo de 1976.
También fueron condenados los comisarios retirados Antonio Saravia, Néstor Liendro y Abel Guaymás. El primero recibió una pena de 3 años de prisión y los dos últimos, penas de 2 años de prisión; a los tres se los declaró responsables de los delitos de incumplimiento de sus deberes y encubrimiento del secuestro del ex gobernador Miguel Ragone.
Los familiares y querellantes, que llenaron la sala y siguieron la lectura con tímidos aplausos, recibieron la sentencia con sensaciones encontradas. Si bien destacaron que se haya condenado a los seis imputados, consideraron escasa la pena impuesta a Saravia, para quien la Fiscalía y las querellas pedían prisión perpetua, por considerarlo partícipe primario del secuestro de Ragone. Y todos se quejaron de que los represores, reiteradamente condenados a perpetua, sigan con prisiones domiciliarias.
Gentil fue condenado por “homicidios agravado por alevosía reiterados en cuatro oportunidades”, por los asesinatos del ex policía César Carlos Martínez, los jóvenes montoneros Ramón Antonio Díaz Romero y René Esteban Locascio Terán y el militante del Frente Revolucionario Peronista (FRP) Rubén Yáñez Velarde.
Se lo condenó también por 8 hechos de privación ilegítima de la libertad agravada, por Martínez y las detenciones de Pablo Salomón Ríos, Ricardo Munir Falú y Nital Díaz, Alfinio Élido Oroño, Mario Amelunge Vargas y Hugo Mazza; por 4 hechos de imposición de tormentos, por Ríos, Mazza, Vargas y Oroño, y por la violación de domicilio y la detención irregular de militante de derechos humanos Lucrecia Barquet. Esta es la quinta condena a prisión perpetua que recibe Gentil.
Mendíaz fue condenado por 3 hechos de privación ilegítima de la libertad y homicidios, por las muertes de Lidia Telésfora Gómez de Colqui, su hijo Alfredo Colqui y su hermano Rolando Gómez. Esta es la segunda condena a prisión perpetua que recibe el militar.
Guil, hombre emblemático de la represión en la provincia y que ayer volvió a escuchar que lo llamaran asesino a viva voz, fue condenado por 7 hechos de homicidios agravados, como coautor de las matanzas de Terán y Díaz Romero y como autor mediato de los asesinatos de Martínez, los miembros de la familia Gómez-Colqui y Yáñez Velarde. También se lo condenó por 6 hechos de privación ilegítima de la libertad agravada. Esta es la cuarta condena a prisión perpetua que recibe.
Tres codenados a sus casas
Sin embargo, los tres cumplen las penas en sus casas. En el fallo del 29 de junio de 2015, también el Tribunal dispuso, de acuerdo a los últimos fallos de los tribunales de alzada, que no se modificará esta situación hasta que las sentencias queden firmes, lo que puede demandar unos dos años. Los fundamentos se conocerán el 9 de septiembre. Este es el séptimo juicio por delitos de lesa humanidad en la provincia.
“Pido a Lona y a Guil que digan
dónde está el cuerpo de mi padre”
La hija del ex gobernador Miguel Ragone, Clotilde Ragone, querellante en este proceso, pidió al ex juez federal Ricardo Lona y al ex jefe de Seguridad de la Policía de Salta, Joaquín Guil, que “de alguna forma nos hagan saber dónde está el cuerpo” de su padre.
“Lo que a mí más me duele es que es como si no existiera el tiempo en la Justicia, pero para mi familia sí, tenemos el tiempo contrarreloj, mi mamá tiene 94 años, es una persona que vive nada más que para esto y no sabemos nada, nada, del cuerpo de mi padre”, sostuvo tras la sentencia en el séptimo juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva a cabo en Salta y en el que tres comisarios fueron condenados por el encubrimiento del secuestro de su padre.
“Si Lona o Guil escuchan este mensaje, (…) por favor les pido” que “de alguna forma nos hagan llegar alguna novedad; de todo corazón se lo digo, que sepamos algo. No queremos nada más”, que “nos hagan saber, no les pido que nos vengan a decir, pero que de alguna forma nos hagan saber dónde está el cuerpo de mi padre”.
Clotilde lamentó que en el Tribunal de sentencia, integrado por el santiagueño Federico Díaz y los jujeños Mario Marcelo Juárez Almaraz y Marta Liliana Snopek, y la cuarta jueza María Alejandra Cataldi, no haya magistrados salteños, lo que consideró una demostración de la falta de compromiso de los integrantes del Poder Judicial Federal de Salta con la investigación de violaciones a los derechos humanos.
«Estoy disconforme»
Sobre la sentencia, dijo que no la dejó conforme pero la esperaba: “Estoy muy disconforme con la justicia salteña. Qué diferencia que hay, por ejemplo, en Buenos Aires, donde Videla murió en una cárcel común; acá los que están procesados están en sus casas de veraneo”, se quejó por las prisiones domiciliarias a los represores reiteradamente condenados.
Por su parte, Fernando Pequeño, nieto del ex gobernador e impulsor de la investigación de su secuestro, consideró positivo que el Tribunal haya aceptado los planteos de la acusación y haya condenado a los seis imputados, pero sostuvo que su familia tiene seguridad de que Saravia fue partícipe del secuestro y la desaparición de Ragone y que esperarán a conocer los fundamentos, el 9 de septiembre, para analizar la posibilidad de apelar el fallo. Lo mismo dijeron su abogado, Matías Duarte, y los querellantes por las Secretarías de Derechos Humanos de la Nación y la provincia y la Cámara de Diputados de Salta, Martín Ávila y Gastón Casabella.
Más pedidos de investigación
El TOF resolvió enviar copias a la Fiscalía federal de turno para que se investigue a la plana mayor de la Policía de Salta, al Destacamento de Inteligencia 143 del Ejército con asiento en esta ciudad y al ex juez federal Ricardo Lona, quien ya está imputado en tres causas por delitos de lesa humanidad
- Informe: Elena Corvalán