“…que se puede tener mucho/ pero no tener con quién”. El verso de María Elena Walsh pertenece al poema Sábana y Mantel. Es un ejemplo de profundidad y belleza. “Sábana y Mantel, que no le falten a nadie en este mundo tan cruel”, eso pedía la autora de La Cigarra. En política no abundan las metáforas. El “con quién” se transformó en un tema clave.
Esta semana Ricardo Alfonsín, que ya pasea con orgullo su acuerdo electoral con Francisco De Narváez, eligió como compañero de fórmula al economista peronista Javier González Fraga; Eduardo Duhalde rescató como vice a Mario Das Neves; Hermes Binner se debate entre Margarita Stolbizer, Víctor De Gennaro y un dirigente joven; y Cristina Fernández de Kirchner analiza una abanico de media docena de acompañantes. Después de Julio Cobos, la designación del vice en la aventura presidencial pasó a ser un tema central en la estrategia de campaña.
Después que Ricardo Alfonsín blanqueara su romance con el millonario colombiano, los socialistas que se sabían engañados se fueron sin estridencias. El hijo de don Raúl defendió su decisión a capa y espada: “si se quiere ganar hay que sumar al peronismo anti k de Buenos Aires”.
El candidato radical fue por más: convocó como compañero de fórmula al ex titular del Banco Central en el amanecer menemista. La idea es que su figura brinda previsibilidad a los mercados y tranquilidad a algunos sectores del poder económico. González Fraga está lejos de ser un liberal –ahora se ocupa de la pobreza– y será quien trace las líneas directrices del plan económico de la flamante alianza. González Fraga ocupa de alguna manera el lugar que su mentor, Roberto Lavagna, desempeñó en la fórmula del 2007 junto a Gerardo Morales. La UCR arrastra el karma de la debacle económica en los dos gobiernos que se sucedieron desde 1983.
Algunas críticas del progresismo a este acuerdo hicieron referencia a que Alfonsín padre jamás hubiese pactado con el empresario de medios. Sin embargo, es temerario afirmarlo. Don Raúl fue quien llamó a Hermes Binner para pedirle que apoye a Lavagna en el 2007. En aquella oportunidad el socialismo optó por acompañar a Elisa Carrió. Para los radicales que todavía cuestionan que el gobernador socialista dispute la presidencia y anuncian cataclismos en la sociedad política en Santa Fe, vale recordar que hace cuatro años las dos fuerzas fueron separadas en el ámbito nacional y el Frente Progresista no se rompió.
La alianza electoral que imagina Alfonsín es amplia. Muy. Si bien dijo que “el límite” era Mauricio Macri las negociaciones con el PRO están a la orden del día. Los operadores radicales intentan un acuerdo implícito, en el cual Macri no presente candidato a presidente, y tal vez tampoco a gobernador de Buenos Aires, y tribute a la fórmula Alfonsín-De Narváez. Ernesto Sánz lo dijo con claridad: “Para mí Macri debería ser parte del acuerdo”. La sinceridad del senador tiene fundamento: nada diferencia ideológicamente a De Narváez de Macri.
La duda que persiste es si lo que suma Alfonsín con este acuerdo no lo pierde con el alejamiento de sectores progres de su propio partido y de independientes. Lo que se denomina en política el efecto de la manta corta. La candidatura de Binner no es una buena noticia para el neo alfonsinismo. Aunque también puede “comer” electorado del oficialismo, el socialista negocia con Federico Storani y otros radicales descontentos.
La centro izquierda se encuentra ante una oportunidad histórica. Por primera vez jugará, sin radicales ni peronistas, con posibilidades de imponerse en varios distritos importantes del país. Binner, Pino Solanas, Margarita Stolbizer, Luis Juez y Víctor De Genaro coinciden en que la apuesta electoral debe ser la excusa para consolidar una fuerza que se proyecte a futuro. Si sólo los reúne la coyuntura, se asomarán a otra frustración.
El gobernador de Santa Fe será quien decida sobre su compañero de fórmula. Stolbizer y De Genaro son las opciones con más posibilidades. También suena Norma Morandini y hasta Graciela Ocaña. Elegir a Stolbizer dejaría al Frente sin un candidato fuerte a la provincia de Buenos Aires. El gobernador de Santa Fe evalúa también otros nombres que, dicen, podrían sorprender. Victoria Donda, de Libres del Sur, tendrá un rol importante en la estructura electoral.
Eduardo Duhalde anunció que su compañero de aventura electoral será Mario Das Neves. También aseguró que no se bajará de la competencia. Muchos especulaban con su paso al costado para reforzar las chances del tándem Alfonsín-González Fraga, una dupla que celebró públicamente. Pero en el duhaldismo están convencidos que ellos pueden “robarle” votos peronistas al candidato del gobierno, en especial en Buenos Aires.
Según este razonamiento esto puede forzar una segunda vuelta y, en ese caso, sí apoyarían a Alfonsín. En tanto la decisión de Das Neves provocó profundo malestar en Chubut, donde el PJ local ya tendió puentes con el oficialismo y prometió apoyar a la presidenta si se decide por disputar la reelección.
En el gobierno nacional no hay definiciones. Las principales espadas del gabinete dedicaron gran parte de la semana a defender a Hebe de Bonafini de las acusaciones que enlodan al administrador de Madres de Plaza de Mayo. Los hermanos Shoklender aparecen cada vez más comprometidos en negocios sucios con dinero del Estado. Sólo la justicia puede poner las cosas en su lugar. En un ademán lúcido, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo se despegó de manera clara de sus antiguos protegidos. La corrupción nada tiene que ver con la historia de lucha de la organización.
Cristina Kirchner demorará todavía un poco más el anuncio de su postulación. El tiempo que pasa acrecienta las posibilidades de su candidatura a la reelección. Mientras tanto la danza de nombres para acompañarla se suceden: Amado Boudou, uno de los ministros más valorados por la presidenta; Juan Manuel Abal Medina, el dirigente que más se acerca al modelo K: joven profesional y progre; y Carlos Zanini, el hombre que cuenta con la mayor confianza de la presidenta.
Fuera del gabinete se menciona a los gobernadores Jorge Capitanich y Sergio Uribarri. El mandatario de Chaco fue un fervoroso defensor de las políticas del gobierno nacional. La presidenta decidió organizar el último festejo del 25 de mayo en esa provincia. Para muchos fue una señal. El gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri, también es considerado un incondicional y cumple con el perfil de dirigente joven y emprendedor que agrada a la presidenta.
De afuera del peronismo suena Martín Sabbatella, candidato a gobernador bonaerense con una lista colectora, aunque las acciones del ex intendente de Morón están en baja. En especial después que en el gobierno nacional se decidió apuntalar la candidatura de Daniel Scioli ante la “amenaza” de Francisco De Narváez. En los últimos días también sonó el nombre del penalista Eugenio Zaffaroni. El ministro de la Corte tiene una historia en la política pero no parece, por ahora, muy entusiasmado en abandonar su destacado rol en la cabeza del Poder Judicial.
Tanto en la vida personal como en la política, nadie quiere sorpresas con la elección de la pareja. Aunque es sabido que, como escribió Marechal, con el número dos nace la pena.
- Reynaldo Sietecase.
Nota publicada en Diario Z, edición 09.06.2011