El ex diputado provincial Eduardo Barrionuevo pidió al Tribunal Oral Federal que le dé copias certificadas y videos del testimonio de Carlos Puga, quien declaró el 9 pasado en relación a la desaparición, el 13 de agosto de 1976, del matrimonio compuesto por Carlos García y Nora Saravia, compañeros suyos de militancia en el ámbito de la Universidad Nacional de Salta.
Sobre el final de la audiencia de esta semana, el Tribunal hizo leer por Secretaría un escrito en el que Barrionuevo explica que considera que Puga pudo haber incurrido en injurias hacia él y por eso pide las actas de su testimonio.
Entre otros datos vinculados a la desaparición de sus compañeros y amigos, Puga, actual decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad pública salteña, sostuvo que “Garfio” Barrionuevo “constantemente realizaba provocaciones y exhibía armas de fuego”; “en las asambleas era violento, amenazaba, no respetaba la palabra del otro”.
El ahora ex legislador era alumno del Programa AM25, que permitía el ingreso de personas mayores de 25 años aunque no hubieran terminado el secundario. Otro alumno era el principal Faber, de la Federal. “Estos no iban a estudiar, sino que hacían espionaje, eran infiltrados. Nosotros siempre creímos que ellos no iban a estudiar”, afirmó Puga.
En su escrito Barrionuevo dijo que considera que Puga pudo haber incurrido en injurias y por eso pidió las actas de la audiencia. Y, de paso, se ofreció como testigo de la época.
Antes de resolver el Tribunal consultó a las partes: el fiscal Carlos Amad se opuso argumentando que Barrionuevo “está poniendo el carro delante del caballo”, dado que es posible que en el transcurso de este proceso (que recién comienza) se escuchen otros testimonios similares a los de Puga (de hecho en la Megacausa Salta otros testigos, entre ellos Nora Leonard, hicieron afirmaciones parecidas sobre Barrionuevo) y eso podría habilitar a que al final del debate se concluya que el ex diputado es sospechoso de haber tenido alguna participación en delitos de lesa humanidad. No obstante, el fiscal pidió que se lo cite a declarar.
“No me atrevo a decir que lo traigan como testigo porque podría ser convocado como imputado”, fue más clara la querellante Tania Kiriaco, quien pidió que se espere al final de juicio para entregar copias. El querellante Gastón Casabella advirtió que la entrega de copias de una declaración podría tener un efecto intimidante para otros testigos.
Con los votos de los jueces Marcelo Juárez Almaraz y Carlos Jiménez Montilla, el Tribunal decidió no otorgar las copias por el momento. La explicación: si bien la audiencia es pública, las actas y grabaciones son instrumentos recordatorios para los miembros del Tribunal y los abogados participantes del proceso, que es vivencial.
“Nunca supimos nada”
La viuda del estudiante universitario Pedro José Tufiño, María Enriqueta Campbell, repasó ayer los momentos de la desaparición de su esposo, secuestrado en la mañana del 12 de agosto de 1976, cuando salía de su departamento en el barrio Casino para ir a trabajar.
“Es muy triste volver a ese momento”, comenzó, temblorosa. Recordó que por una vecina, Carlota Inés de Fuertes (ya fallecida pero que alcanzó a dar su testimonio ante la Justicia), supo que su marido fue secuestrado por unos seis hombres que lo subieron a una camioneta celeste. “Nunca supimos nada”, afirmó.
Campbell, que recién se enteró de esto al otro día, luego de una noche de intranquilidad y espera, contó que su marido había notado que era seguido.
Entre los muchos trámites que realizó en su busca, llegó al arzobispo de Salta, ´Mariano Pérez, quien la sorprendió contándole que conocía “el caso de los hermanos Tufiño” porque había enviado “a un chico” y sabía lo que estaba pasando.
El hermano de Pedro “Perico”, Gregorio “Bollo”, también estudiante universitario, fue secuestrado el 13 de septiembre de 1976 en Aguas Blancas, en una finca. Campell supo que su cuñado quería irse porque se sabía en peligro pero que un muchacho nuevo, que llamativamente conocía a todos aunque no era de la zona, le dijo que esperara “y al otro día se lo llevaron”. Los hermanos Tufiño militaban en la JP.
“Levín se jactaba de que hacía
torturar a los delegados”
Un ex socio de Marcos Levín sostuvo el lunes 23 de noviembre que el empresario “se jactaba de que él los hacía torturar a los delegados (gremiales) para que no hagan paros”. Víctor Palazzo fue el primero de solo dos testigos que declararon en la continuidad del juicio que en la Justicia Federal de Salta se sigue contra el empresario y los policías retirados Víctor Hugo Bocos, Enrique Cardozo y Víctor Hugo Almirón.
La acusación es por la detención ilegal y torturas aplicadas a Víctor Manuel Cobos en 1977, cuando era empleado de La Veloz del Norte y delegado gremial por la UTA. Por entonces La Veloz le pertenecía a Levín.
Palazzo, cuyo testimonio deslució un poco cuando reconoció que tuvo “un problema comercial” con Levín, sostuvo también que el empresario colaboraba con la cooperadora de la Policía. E insistió: “participaba mirando cuando los torturaban (a los delegados gremiales)”. “Se jactaba del poder que tenía con la Policía”, afirmó. Dijo que incluso compartía asados con la Policía.
El otro testigo se ubicó en el otro extremo. Rodolfo Reyes fue empleado de La Veloz entre 1972 y 1977 y en enero de ese último año fue llevado a prestar declaración en la Comisaría Cuarta. A pesar de que en esa misma Comisaría fueron amontonados un número todavía no determinado de trabajadores de la transportista, donde al menos una quincena fueron torturados y obligados a firmar falsas declaraciones en las que asumían responsabilidad por un supuesto fraude a la empresa, el testigo dijo que no recuerda nada de eso. Solo que lo buscó alguien, no sabe si era policía o un civil, no sabe si en un vehículo policial o particular, que lo llevó a la Comisaría y le tomaron una declaración y recuperó su libertad.
Tampoco recordó a los funcionarios policiales que le tomaron la declaración. Y no recordó a Bocos, y negó que haya habido reclamos laborales a la patronal.
Sus dichos actuales se contradicen con lo que él mismo afirmó en un testimonio dado el 3 de febrero de 2012 en el Juzgado Federal N° 1, que llevó adelante la investigación de este proceso: entonces dijo que Bocos lo llevó detenido, en el automóvil Ford Falcon celeste de la empresa; que vio al subcomisario varias veces en La Veloz; que había reclamos gremiales a la empresa; que Cobos había recibido apremios ilegales.
-Informe: Elena Corvalán
elenac75@yahoo.com