Integrantes de la comunidad wichi Wiñlhol (Carboncito), ubicada unos 35 kilómetros al este de Embarcación, pidieron ayer a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (SEMADES) que exija a la Policía de aquella localidad que impida la continuidad de la tala de palo santo dentro de las tierras comprendidas en la propiedad comunitaria, unas 1522 hectáreas.
Liborio Herrera, cacique; Pedro Díaz y Mario Ferreyra, representantes legales, junto a otros miembros de la comunidad, que integran entre 700 y 800 personas, presentaron un escrito en la Secretaría de Medio Ambiente y se entrevistaron con funcionarios de esa repartición para requerir información sobre el trámite dado a una denuncia presentada por la comunidad a fines de marzo, y solicitarle que este órganismo ponga fin efectivamente a la tala de madera, que actualmente se lleva a cabo por las noches.
José Molina, que actuó de vocero de los visitantes wichi, explicó que la tala de palo santo comenzó a principios de marzo, “sin la autorización de la comunidad”. La llevan a cabo dos miembros de Carboncito, Prudencio Quintana y Dardo Ruiz, quienes entregan la madera al empresario Héctor Clara, que reside en Lozano, a 10 kilómetros de Carboncito.
Los wichi narraron a Nuevo Diario que como los taladores presentaban guías para comercializar la madera otorgadas por la Secretaría de Medio Ambiente, hicieron la denuncia penal y la denuncia ante esta Secretaría.
La cuestión es que si bien la Secretaría suspendió los permisos para cortar madera, la tala sigue, solo que de noche, por lo que “pedimos a la SEMADES que exija a la Policía que controle” esta actividad, sostuvo Molina. Los miembros de Carboncito solo usan la madera noble para trabajos de carpintería, y hacen carbón de árboles cuya madera no les resulta de utilidad para estos trabajos.
- Fuente: Nuevo Diario