Sin embargo, según quedó demostrado en la investigación judicial, a la salida de la ciudad de Salta los entregó a un grupo de tareas que los llevó hasta pasar la estación de peaje Cabeza de Buey y, a la altura del paraje Palomitas, los acribilló a balazos.
Los actos
Las organizaciones de derechos humanos Lucrecia Barquet, Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Orán, la Agrupación HIJOS y la Comisión Megacausa Salta 2012, convocaron a las 10.30, en Irigoyen y San Martín, desde donde partió un colectivo cedido por la Universidad Nacional de Salta para el traslado de los asistentes al paraje Palomitas.
Por la tarde, en el mural que recuerda a las víctimas de Palomitas, en el Parque San Martín, se realizó la “mateada de la memoria, contando historias de la vida de los compañeros”.
La farsa y los asesinatos
La matanza fue presentada por el Ejército como el resultado de un enfrentamiento con guerrilleros, que habían intentado rescatar a los detenidos. Como parte de la farsa utilizaron un automóvil Torino y una camioneta Ford F100 que previamente habían arrebatado a sus dueños. Estos vehículos aparecieron luego con marcas de balas.
La farsa motivó también que los cuerpos de las víctimas fueran llevados a distintos puntos del país. Los cuerpos de Roberto Usinger, su esposa María Amaru Luque de Usinger y Roberto Oglietti fueron sepultados en el cementerio de Yala, en Jujuy.
Los cuerpos de Pablo Eliseo Outes, José Povolo y María del Carmen Alonso aparecieron en Ticucho, en Tucumán. Los restos de Celia Leonard, su esposo Benjamín Ávila y del médico Alberto Savransky estaban dentro de los automóviles y fueron entregados a sus familiares a cajón cerrado. El entonces teniente Isidro Benjamín de la Vega fue el encargado de impedir cualquier expresión de dolor.
Los restos de Georgina Droz y de Evangelina Botta de Nicolai no fueron hallados todavía. Droz era docente universitaria y había sido cesanteada por la intervención a la Universidad Nacional de Salta. Botta de Nicolai militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Hace poco, en el juicio por crímenes de lesa humanidad que se está llevando a cabo ahora en Salta, una ex compañera de militancia, Julia García, que sufrió la detención ilegal y las torturas del terrorismo estatal, la recordó amorosamente. Recordó que la encontró en la Federal. Y fue testigo de la violación a la que la sometió el ex integrante de la Federal y ex guardiacárcel Juan Carlos Alzugaray.
Julia atestiguó que Evangelina perdió un embarazo a causa de las torturas. “Ella siempre intentó protegerme, por eso la recuerdo con tanto amor y la extraño tanto”, la lloró ante el Tribunal Oral en lo Federal Criminal de Salta.
- Informe Elena Corvalán
Periodista