El secretario de Derechos Humanos participó de un acto realizado en el hall central del Palacio de Justicia. Eduardo Luis Duhalde, contrapuso la figura de los 109 abogados desaparecidos durante la dictadura por respetar su fidelidad al «juramento de dignidad» y la «lucha por el derecho» con las actitudes serviles y cómplices de otros, incluso jueces, que contribuyeron con los represores.
El funcionario -defensor de presos políticos, fundador de la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) que denunció el terrorismo de Estado en plena dictadura, sobreviviente a su socio y amigo Rodolfo Ortega Peña, víctima de la Triple A- recordó cuando medio siglo atrás subió las mismas escalinatas para inscribirse ante la Corte Suprema como flamante abogado. «Allí decidí asumir un compromiso con el pueblo, con la sociedad, con la profesión, con el juramento de dignidad, con la lucha por el derecho.»
«Pero aquí también -recordó Duhalde-, en el pasado de esta institución, del Poder Judicial, están muchas de las causas de que la Argentina llegara a tocar fondo y que fuera víctima del terror de Estado.»
Ante unos 300 asistentes que se ubicaron de frente a la estatua del equilibrio que se levanta, gigante, en la planta baja de Tribunales, Duhalde recordó que «en cada golpe militar hubo abogados y jueces complacientes, cuando no la propia Corte de Justicia», y puso como ícono de ese colaboracionismo «a José Alfredo Martínez de Hoz», el ministro de Economía de la dictadura hoy en prisión por los juicios de la democracia.
«En cada golpe militar hubo interrogadores jurídicos en los centros clandestinos de detención, y también elaborando decretos para poner a disposición del Poder Ejecutivo, o justificando cualquier suerte de tropelía», insistió.
En medio de un silencio casi reverencial, Duhalde reflexionó: «qué bueno es que hoy homenajeemos a los abogados» que comprometieron su vida con el Estado de Derecho.
También Ernesto Moreau, titular de la Asociación Americana de Juristas (AAJ), repudió a los abogados que colaboraron con la dictadura, y mencionó al aún fiscal de Casación Juan Martín Romero Victorica. «Ellos garantizan la continuidad jurídica del Estado terrorista. Fueron el poder civil de la dictadura», que seguía intacto, «pero en los últimos tres años hemos tenido unos progresos notables», dijo.
Moreau pidió a la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA) que suspenda en la matrícula a los profesionales del derecho que estén siendo investigados en causas por delitos de lesa humanidad.
El homenaje de la víspera, organizado por la Asociación de Abogados de Buenos Aires, coincidió con la celebración del «Día del Abogado». Justamente el titular de la AABA, Carlos Cruz, prometió que «la sangre de los compañeros detenidos desaparecidos no será negociada» y reivindicó a los abogados desaparecidos como «compañeros de lucha cotidiana por la utopía de un mundo mejor».
Carlos Andreucci, presidente de la FACA, evocó la Noche de las Corbatas, el secuestro y desaparición de once laboralistas en Mar del Plata, para subrayar que «es un flagelo histórico la persecución a los abogados».
