El de este 24 de enero se convirtió en el segundo paro general más veloz contra un gobierno en la Argentina y el primero más rápido en la vida democrática. Tan sólo 44 días, con una inflación mensual del 25%, una caída también mensual de la actividad industrial de las Pequeñas y Medianas Empresas de un 26,9% y otros indicadores económicos que impactan en el bolsillo de las mayorías, tuvieron como respuesta la convocatoria de cientos de miles de trabajadores en la Plaza de los dos Congresos de Buenos Aires y convocatorias similares en las capitales de las provincias argentinas.
Los diputados y senadores deliberan dentro del recinto desde hace semanas en torno al proyecto de “Ley bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” y el DNU N° 70/23 que sumados presentan 1649 artículos que transforman radicalmente la economía, la política, la educación, la seguridad social, el deporte, la cultura y otros tantos aspectos de la vida nacional.
Desde el ministerio de seguridad se montó un fuerte operativo en todos los accesos a la Ciudad, y se desalentó la adhesión al paro anunciando a la administración pública nacional que sería descontado el día, violando así el derecho constitucional a la huelga. A pesar de esto, el cese de tareas y la movilización tuvieron gran acatamiento.
La convocatoria contó con la presencia de centenares de organizaciones sindicales afiladas a la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) así como la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y agrupaciones estudiantiles, de científicos, de artistas y miles de argentinos y argentinas que de manera no organizada acudieron al llamado en forma cuantiosa bajo el radiante sol del último miércoles.
«El DNU desregula la economía. Quieren destruir los derechos individuales, colectivos, los sindicatos y destruir la acción sindical. Atacan a las organizaciones sindicales, a los trabajadores, a la cultura. Apuntan contra todo lo popular”, destacó ante la multitud Héctor Daer, secretario general de la Confederación General del Trabajo quien apuntó a los representantes del oficialismo pero también de la oposición: “Actúen de acuerdo al mandato popular, no estén en la oscuridad recibiendo mandatos o agazapados porque les dijeron que son sádicos y coimeros” señaló en alusión a los dichos del presidente Milei de hace días quien señaló que los legisladores «Son una casta delincuente que busca coimas».
Desde el escenario, se leyó el comunicado firmado por las organizaciones presentes titulado “En defensa de los derechos civiles, sociales y laborales de nuestra Nación” donde describe el daño que generan los proyectos y sienta una clara posición al respecto.
Por su parte, el secretario general del gremio de Camioneros, uno de los más numerosos y fuertes del país, Pablo Moyano indicó: «Si son tan guapos suban el impuesto a las grandes fortunas, aumenten las retenciones, pero no a los trabajadores», y apuntó al ministro de economía Luis Caputo al señalar que “si lleva adelante estas medidas económicas de hambre, ajuste y despidos, los trabajadores, los jubilados y los más humildes lo van a llevar en andas al ministro pero para tirarlo al Riachuelo”.
El movimiento obrero argentino ha sido el actor protagónico en la resistencia de este mes y medio de presidencia de Javier Milei. El acelerado ritmo de quita de derechos, de ajuste social y económico y de pérdida de poder adquisitivo y puestos de trabajo tuvo una rápida reacción ante una vida política institucional que aún no logra asimilar el golpe para reaccionar.
Las figuras del reciente competidor por la presidencia Sergio Massa, de Cristina Fernández de Kirchner, de Alberto Fernández no han tenido repercusión alguna y se aguarda que la dirigencia del peronismo convoque a los debates necesarios para su reorganización.
Mientras tanto, los trabajadores de todo el país han hecho sonar fuerte su voz en rechazo de las políticas de gobierno y de los proyectos de Ley que se tratan en el parlamento.
Roger Almara, del movimiento campesino de Santiago del Estero celebró la participación en la capital de la Provincia de “agrupaciones políticas barriales, sindicales, campesinas e indígenas que se todos se han hecho presentes para decirles No al DNU de (Javier) Milei. Es una fiesta de la democracia y peleamos por eso”.
Columnas de toda la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires llegaron hasta el epicentro de la llamada y quienes no pudieron hacerlo se concentraron en sus lugares de origen.
“Este es un paso, le daremos continuidad, seguiremos con el debate, con las multisectoriales. Vemos masividad en la marcha porque el golpe se da con este plan económico que empezó con una devaluación y medidas de liberación de precios e importaciones que impactaron directo en todos y sobre todo que tiene efecto en el sector productivo” apuntó Héctor Amichetti, referente de los trabajadores gráficos.
Entre amenazas y confirmación
El panorama económico para la Argentina es complejo y promete ser peor de continuar la actitud del gobierno nacional. Mediante su vocero presidencial, Manuel Adorni, y en distintas declaraciones del ministro Caputo, se destacó: “Hoy mantuve reunión con el secretario de Hacienda y la subsecretaria de Provincias para delinear todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado”, inicia el texto del macrista Caputo
Y agrega: “No es una amenaza, es la confirmación que vamos a cumplir con el mandato que nos han dado la mayoría de los argentinos de equilibrar las cuentas fiscales para terminar con décadas de inflación y flagelo económico”.
Ante esto, los trabajadores han dicho lo suyo y prometen seguir haciéndolo.
