Yo no tengo el virus, pero lo conozco como si lo tuviese navegando profundamente en mi alma. Sé como es desde hace 20 años cuando comencé a perder a mis amigos Yves, François y Mariana y a tantos otros que se fueron consumiendo lentamente. Yo asistí a los hospitales de París, a estas desapariciones de cuerpos que se convertían día a día en ramitas mustias entre las sábanas blancas y gastadas de lo que eran depósitos de moribundos. Conservo vivo el recuerdo de esas miradas aterrorizadas, fijas suplicantes en la agonía…
Como militante activista de la lucha contra el sida en Paris desde el
ano 1996 y miembro de la asociación Act-Up, conocida mundialmente y creada a principios de los anos 90 en la ciudad de San Francisco en Los EEUU de América, pionera en esta guerra contra la epidemia del SIDA, me siento agradecida de haber aprendido los mil secretos, misterios, realidades e injusticias. Ellos me dieron las armas, me enseñaron a utilizarlas y me inyectaron el fuego del coraje.
Hoy mis amigos siguen partiendo a pesar de todos los avances científicos. A pesar de los buenos servicios de hospitales y clínicas que atendidas por especialistas sumamente capacitados. Ellos se van con el mismo cuerpecito reducido y el mismo terror que hacen 20 años.
Hay muchos otros también que se suicidaron, que no soportaron la vergüenza la discriminación la miseria afectiva. Por ellos y por todos los que podrían emprender ese viaje desesperado, yo sigo militando vestida de negro con Act-Up por las calles de París.
Ahora estoy en Salta y aquí me doy cuenta que la lucha contra el SIDA no existe y también pareciera que esta terrible enfermedad tampoco. Y en medio de esta sangrienta transición política, menos que nunca. Pero yo sé lo que muchos también saben, pero callan. Hay muchísima gente enferma hay miles de seres que se mueren en el más cruel y absoluto silencio.
Hay gente de clase alta, media, pobres; hombres, mujeres, niños, gays, trans, quienes frente a esta enfermedad son todos iguales. Pero no se sabe donde están, por que aquí no hay espacios y si los hay, son muy cerrados. No sé sabe como entrar sin ser 0+ (cero positivo).
Si uno intenta ingresar a ese crudo mundo viola la intimidad sagrada de los que son tan malamente discriminados, entonces siento que lo único que me queda es difundir desde donde pueda. Protestar desde cualquier rincón. Desde una radio como FM Noticias de Sergio Poma que me da un tiempo de aire o desde Salta libre, un espacio virtual al servicio de la problemática social. Será hasta que un día el mundo perezca bajo esta enfermedad o reclame a cielo abierto por su dignidad.
Hubo épocas que existían grupos, recuerdo a COMNUVID en el Hospital del Milagro, recuerdo a Marta Cook que ya se fue pero que ocupó el cargo de presidenta de Algarrobo, o de otros trabajadores sociales que se involucraron, pero que hoy ya bajaron los brazos. ¿Falta de medios, falta de fuerzas? No lo sé.
Lo que si puedo decir que desde el Poder siempre están tratando de recuperar esta causa, pero solo porque les da prensa, como políticos los humaniza y también -porqué no- le deja algunos billetes.
Las cifras de alarma
Mientras tanto las cifras siguen siendo alarmantes en el mundo entero:
Ellas gritan que son 33.200.000 infectados. 30.800.000 adultos. 2.500.000 niños. 6.800 contaminaciones por día. 5.700 muertes por día. Es una epidemia que envejece con un porcentaje en aumento de personas de más de 50 años, en los países desarrollados la mayoría están bajo tratamiento.
Hay numerosos artículos en la prensa europea que definen a la epidemia del
SIDA en Argentina como «invisible». Aquí se dice que los afiches de prevención del alcohol y de tabaco están desde Jujuy hasta Usuahia. Sobre el SIDA, no existe una campaña relevante. Salvo este 1 de Diciembre, donde algo por ahí se escucha, como en los espacios publicitarios de la televisión el “Triqui-Triqui Bam Bam” esa cumbia preventiva. Para mi esta bien. En este país donde nadie se ocupa del tema, todo mensaje de prevención es bienvenido. Y esta canción hoy es un lujo que puede servir para la prevención.
Desde el oficialismo se dice que, de los 40 millones de habitantes que tiene la Argentina, hay 130.000 personas infectadas. Pero las asociaciones independientes dan otra cifra que alarma. Dicen que son 300 mil las personas infectadas y solo Dios sabe cuantos infectados más existen en cada rincón de nuestro NOA donde abunda la miseria.
Solo en nuestro interior salteño, el único medio de sobrevivir es la prostitución, y no solo en Pichanal, también aquí en la capital, en las calles del centro, centenares de personas se ven obligadas a vivir de su cuerpo y cuántos serán los que no se protegen. Pareciera que aquí a nadie le interesa la prevención. Pareciera que a nadie le entra en su cabeza que el virus sigue corriendo y que es mortal. Y me refiero a los clientes y también por supuesto a la toda la población.
Actualmente en el país los porcentajes son estremecedores: 55% de contaminaciones de origen heterosexual. 20% de homosexuales. 10% de consumidores de drogas por vía intra-venosa. 4,5 % de trasmisión vertical de madre a hijo. Las mujeres los jóvenes y los pobres son los más vulnerables.
Según el director de la Fundación Huesped, Kurt Frieder, el estado financia
Los 20 mil tratamientos, según el la totalidad de las personas contaminadas. Todo es muy contradictorio y esta lejos de coincidir con las cifras que publica confusamente el Ministerio de Salud.
No nos olvidemos que el creador de esta Fundación Huesped es el doctor Pedro Caan que ocupa un alto cargo en una organización internacional. Quizás esto sea desfavorable para la Argentina. Quizás el quiera ocultar más que mostrar que nuestra población no tiene problemas y que está suficientemente protegida.
Otra estadística dice que el estado argentino se comprometió a gastar 36
millones de euros por ano. La inversión en prevención es cero. O sea, que solo invierte 10 millones en reactivos para la detección del virus, compras de preservativos y acciones de prevención individual.
Cabe destacar que la crisis del 2001 permitió a la Argentina ser elegida
por el Fondo Mundial. Y para colaborar contra este mal proporcionando 20 millones de Euros por año y durante 5 años y que claudica en el 2008.
Ahora veamos donde va este dinero. Según la socióloga Claudia Teodori de la Coordinación Nacional del Fondo Mundial en Buenos Aires, este dinero se utiliza en terapias y seguimientos y grupos de auto ayuda y micro emprendimientos. Este informe poco serio, es sumamente criticado por la comunidad internacional que se indigna por esta falta de transparencia de los fondos.
El Fondo mismo es poco claro con respecto a su principal beneficiario argentino que sería la Sociedad Anónima Ubatec. Digamos que hay muchos interrogantes que aun se deben investigar.
También la Red de Asociaciones de Personas Viviendo con HIV, cuestiona públicamente la burocracia del Fondo que se atrasa con el envío de esta subvención lo que trastorna el funcionamiento y obliga a una serie interminable de diligencias que quita tiempo y disponibilidad al personal para ocuparse de lo esencial que es la atención a los pacientes.
Un pensamiento hoy por las víctimas y por todos nosotros que también podemos ser posibles víctimas…
- Ana Ragot, Socióloga
Directora de Salta Libre
